Viernes, 29 de Marzo 2024
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11 años de narco-terror en Jalisco

Por: Jaime Barrera

11 años de narco-terror en Jalisco

11 años de narco-terror en Jalisco

Por el imparable poder corruptor y de fuego del narco en este país, los desafíos, ataques y burlas a las corporaciones policiales municipales, estatales y federales son cosa de casi todos los días. Tristemente hay poco asombro y mucha normalización de la humillación de las mafias a las fuerzas del orden del Estado mexicano.

Desde luego es urgente sacudirnos ese preocupante letargo de indiferencia ante semejantes niveles de dominio e infiltración delincuencial en las policías y exigir su redignificación para el cumplimiento de su deber, pero más es que como comunidad nos cimbren estas muestras de superioridad del crimen organizado al Estado mexicano que pasan por agredir de manera directa y cobarde a la población como ocurrió la noche del martes que las milicias del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) salieron a bajar a punta de armas largas a familias que iban en sus autos y a usuarios del transporte público de los camiones, para luego prenderles fuego. 

Así fue su estrategia de terror, para con el pánico y zozobra de los ciudadanos, evitar la detención de sus líderes tapando las salidas de refuerzos policiales hacia Ixtlahuacán del Río, que amaneció ayer como escenario de guerra por el choque de soldados y sicarios que custodiaban una reunión de capos entre los que figuraba Ricardo Ruiz, alias “Doble R” o “El Tripa”.

Esta vez los cinco puntos de narcobloqueos que se dieron en la zona norte de Zapopan y los enfrentamientos en Ixtlahuacán del Río y Cuquío, y que provocaron también hechos violentos en Guanajuato, dejaron un saldo de 13 autos y camiones quemados, cinco detenidos (ninguno de los agresores en la avenida San Isidro y carretera a Saltillo) y un abatido.

Si bien, por este saldo, no se trata de la jornada más violenta desde que el 15 de enero de 2011 los tapatíos sufrimos los primeros narcobloqueos y se nos quedó grabada la imagen del minibús que 15 días después, el 2 de febrero,  incendiaron bajo el recién inaugurado puente atirantado Jorge Matute Remus, en el segundo ataque del crimen organizado a la ciudad en tiempos del gobernador Emilio González Márquez; y por mucho quedó abajó del mayor desafío del CJNG el 1 de mayo del 2015, cuando en tiempos del finado Jorge Aristóteles Sandoval, derribaron un helicóptero del Ejército en Villa Purificación, en el que viajaban ocho militares que murieron cuando intentaban detener a Nemesio Ocegueda “El Mencho”, y lo que desató 39 bloqueos con 36 camiones y vehículos en la zona metropolitana y 18 municipios del interior donde se afectaron 12 puntos carreteros, así como la quema de 11 bancos, y al menos 5 gasolineras y 2 tiendas de conveniencia; o menos cuando en mayo del 2018, luego del atentado contra el entonces secretario del trabajo y ex fiscal, Luis Carlos Nájera, mataron al bebé Tadeo y a su madre al incendiar el camión en el que viajaban, el sólo hecho del regreso de los narcobloqueos la noche del martes pasado nos regresó al sentimiento de vulnerabilidad e indefensión de aquella primera ofensa del narco a los tapatíos, que más de 11 años después, repiten con la misma facilidad y con la misma impunidad. 

jbarrera4r@gmail.com

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