Jueves, 02 de Mayo 2024

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-Sixto

Por: Jaime García Elías

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El mejor homenaje a su memoria, quizá, fue el que le dedicó Qucho, ayer, en estas páginas: un niño sentado frente al televisor en que aparecía una marioneta inconfundible (“una imagen dice más que mil palabras”, ya se sabe), y un escueto mensaje marginal: “¡Gracias, Sixto!”… Todo estaba dicho.

-II-

La noticia que había dado pie a ese elocuente cartón fue la muerte de Carlos (Carlitos, para sus amigos) Crotté. Técnicamente, “el productor de Sixto”. Más propiamente, su creador: el comunicador -había hecho la carrera de Ciencias de la Comunicación- que le dio vida y lo mantuvo vigente durante casi tres lustros como animador del programa infantil “Rete Divertido” en el Canal 6 de una época en que podían contarse con los dedos de una mano los canales de televisión que podían verse en Guadalajara.

“Sixto” y una serie de personajes que lo acompañaban, creados y animados asimismo por Carlitos, recogieron la estafeta que anteriormente había estado en manos de “Paquín” (Francisco Contreras, también recientemente fallecido). Ellos, con el “Tío Carmelo”, fueron los baluartes de la programación infantil del Canal 6. Su obra no tuvo, ni remotamente, la trascendencia de “Cri-Cri” (Francisco Gabilondo Soler) en los años de oro de la radio en México, ni la longevidad de “Chabelo” (Javier López) ya en la televisión. Fue, en todo caso -sin dejar de consignar que Carlitos (“Sixto”) solía aportar pinceladas de cultura general en sus parlamentos-, un buen ejemplo del “humorismo blanco”, inofensivo, dedicado primordialmente a divertir, a entretener a los niños.

-III-

Cambian los tiempos, cambian las costumbres. Cuando esa máxima cerró su ciclo en la televisión, “Sixto” buscó otros espacios. Ocasionalmente encontró algunos, en la radio principalmente. Pero también cambian los niños, y aunque algunos vendedores ambulantes ofertaban réplicas del títere en los cruceros, las nuevas generaciones ya no lo conocieron.

Carlitos ejerció asimismo como publicista y conductor de programas radiofónicos… Diversos quebrantos de salud lo llevaron a pasar varios años en un asilo, con su ánimo y sus facultades muy mermados. Paradójicamente, él, que tantas horas de felicidad regaló a una generación de infantes tapatíos, tuvo, quizá, más penurias y amarguras que alegrías y satisfacciones en sus últimos años.

Su muerte deja un agridulce sedimento de nostalgia en muchos miles de personas. Deja la pena de que, con Carlitos, murió también “Sixto”. Pero deja, en compensación, un consuelo para sus amigos: la convicción -o la esperanza, al menos- de que ya descansa en paz.

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