Fue como si al Guadalajara, el sábado, le hubieran bajado el “switch” a los dos minutos de partido. Fue como si a un boxeador le hubieran ganado la pelea por nocáut en el primer round. Fue como cuando una partida de ajedrez se resuelve con el mate del pastor…Los aficionados se llevaron en la memoria, esa noche, el remate de Carlos Cisneros al poste derecho y el lance sobresaliente en que Barovero, ya en las postrimerías del partido, mantuvo el cero atrás: indicios de que, viéndolo bien, aunque el tirazo de Pabón desde 25 metros, a los dos minutos de juego, dejó seriamente heridos a los rojiblancos, no había sido la puntilla… como sí lo fue, en cambio, el segundo balazo, desde la misma distancia, ya en los minutos finales.*Indicios, pues, de que aun siendo -en palabras de su técnico, José Saturnino Cardozo- “uno de los peores partidos” de las “Chivas” en el Torneo de Clausura, la historia bien pudo haber sido diferente.En todo caso, el Guadalajara del sábado tuvo un rendimiento notoriamente inferior al habitual: a la defensiva, porque dio libertades como las que materializó Pabón y como los tres fusilamientos consecutivos a que fue sometido Gudiño en el segundo tiempo; y a la ofensiva, porque careció de la lucidez que tuvo otras veces para encender la luz, aunque fuera esporádicamente, en el área rival.*Al Atlas, en Tijuana, la víspera, sus pecados mortales en el aspecto defensivo lo condenaron a la penitencia de los goles y lo pusieron de espaldas a la lona antes del cuarto de hora de partido. La reacción en el segundo tiempo, reflejada rápidamente en el marcador, encendió la llamita de la esperanza… hasta que Barceló, al hacer méritos para la tarjeta roja, convirtió la posible reacción “a lo Atlas” en misión imposible. Y más cuando Pepe Hernández franqueó el zaguán para que Nahuelpán consumara el estropicio.*Para el resto de la fase clasificatoria, el panorama parece propicio para el Guadalajara, con varios partidos “ganables” (Querétaro, Lobos-BUAP, Morelia y Puebla) a cambio de otros tantos de pronóstico reservado (América, “Pumas”, León y “Tigres”); para los rojinegros, la agenda (Cruz Azul, Toluca, Santos Laguna, Veracruz, Necaxa, León, Pachuca y Monterrey, en ese orden), como una metamorfosis espectacular -de las que ya no se usan- no se produzca, promete más amarguras que alegrías.
