Algo tienen en común el ejercicio de la libertad de expresión y la acrobacia: que quien ha elegido a cualquiera de ellas como su modus vivendi, corre el riesgo, todos los días, de dar un paso en falso, perder el equilibrio, ver descompuesta la figura… y acabar en el suelo con algunos huesos rotos. Mire usted…-II-Hubo, a propósito del tópico que desde hace varias semanas acapara tiempos y espacios en los medios, un par de ejemplos.En uno, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), mediante un texto muy extenso, desmintió una nota periodística que equiparaba con una “tómbola” la designación de representantes –antes “delegados”— del mismo en los estados. “Hasta antes de este proceso”, según el comunicado, las designaciones se realizaban “discrecionalmente”; “no existía ningún criterio profesional” para respaldarlas; “en muchas ocasiones (…) la propuesta obedecía a la recomendación de algún actor político que veía en el delegado del IMSS en su estado un vehículo para alcanzar agendas específicas distintas a la institucional”.En el otro, la Secretaría de Gobernación, “de conformidad con la Constitución y la legislación aplicable”, “apercibió” a un canal de televisión en que un conductor aseveró que las cifras y conferencias cotidianas del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, “se volvieron irrelevantes”, y abiertamente invitó al auditorio a que “ya no le haga caso”; lo “apercibió” (es decir, previno, advirtió u amonestó) a “manifestar públicamente su respeto a las disposiciones sanitarias contenidas en la Declaratoria de Emergencia Sanitaria, sumándose al frente común convocado por la Secretaría de Salud”.-III-Los autores de comentarios como los que dieron pie a comunicados como el del IMSS o apercibimientos como el de Gobernación, están en todo su derecho de sostener sus dichos… a condición de que los respalden con argumentos objetivos; con hechos, pues; con pruebas.Hasta donde se sabe, no ocurrió así en ninguno de los casos señalados. En el de la invitación implícita a desoír la machacona recomendación de quedarse en casa del Dr. López-Gatell, cabe puntualizar: que mucha gente tenga que salir a buscar todos los días el pan de sus hijos, es una cosa; invitar a toda la población a “no hacerle caso”, otra muy diferente… Ejercer la libertad de expresión es una cosa; pasar al libertinaje –lo que implica irresponsabilidad, desenfreno—, otra muy diferente.Colofón: En circunstancias ordinarias, se puede “decir lo que se piensa”. En circunstancias extraordinarias –como las presentes—, se debe “pensar lo que se dice”.
