Jueves, 28 de Marzo 2024

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* Las “garras”

Por: Jaime García Elías

* Las “garras”

* Las “garras”

“Lo de hoy, lo de hoy -dirían las abuelas de antes-, son las garras”. Todo lo demás son palabras destinadas a que se las lleve el viento.

Ya sin el “draft”, en que se consumaba la mayoría de las decenas de transferencias entre equipos en la transición entre temporada y temporada, el interés por las modificaciones que tendrán los planteles para la inminente campaña, se diluye.

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En el caso, a falta de la danza de los nombres, que tradicionalmente involucraba a decenas de futbolistas que cambiaban de aires y en la mayoría de los casos alimentaban las ilusiones de los aficionados con respecto a las perspectivas -de mejorar, invariablemente- de sus equipos, en esta ocasión dos nombres acapararon titulares en los medios de comunicación…

Fueron sendas sorpresas: la transferencia de Oribe Peralta, del América al Guadalajara, y la incorporación de Giovani dos Santos al plantel americanista, una vez liberado del Galaxy de Los Ángeles al que llegó en calidad de “jugador franquicia”, como uno de los mejor pagados en la Major Soccer League.

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Al margen de las exigencias de sus nuevos equipos -eternos aspirantes al título… con la diferencia de que las “Chivas” tendrán que pensar primero en eludir el fantasma del descenso-, se trata, también, de sendas incógnitas. Ninguno llega en la plenitud de su carrera a su nuevo equipo; Peralta, por su edad (35 años y medio) y por los indicios de que las lesiones empezaron a pasarle factura desde hace un rato; Gio, menos por su edad (30 años) que por su calidad de trotamundos; porque vino de más a menos en su carrera (del Barcelona al Villarreal, pasando por el Tottenham, Ipswich Town, Galatasaray, Racing y Mallorca), y porque en sus cuatro años en el futbol estadounidense tampoco tuvo la regularidad deseada…, y más porque por doquiera que pasó, creó fama de inclinarse más por la fiesta que por su carrera futbolística.

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De ahí, decíamos al principio, que el interés de los aficionados se centre en “las garras”: los nuevos uniformes de sus equipos. Un aspecto que antaño carecía de sentido -se decía que sólo los mecánicos y los albañiles (con todo respeto para esos nobles oficios) usaban camisetas de equipos de futbol-, porque un altísimo porcentaje de los aficionados -la mayoría, probablemente- se han reconvertido, muy a su pesar, en simples consumidores compulsivos de camisetas.

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