Lo deseable sería que en el curso de los cinco meses y cuatro días que faltan para que se ponga en marcha el Mundial de Rusia, sucedieran cosas que alimentaran el optimismo de los aficionados con respecto a las perspectivas de la Selección Mexicana en ese certamen…Esas perspectivas, vale subrayarlo, languidecieron un tanto el mes pasado: primero cuando el azar puso a México en el mismo grupo de Alemania en la ronda inicial, y luego cuando la lógica lo condenó, en el mejor de los casos, a enfrentarse a Brasil en la fase de Octavos de Final. Una combinación que parece sentenciar al “Tri” a quedarse, por enésima vez, con las ganas de disputar ese quinto partido que se antoja, en esas circunstancias, sueño imposible.*Lamentablemente, lejos de surgir en el horizonte alguna señal alentadora, surgen varias que sugieren que el panorama tiende más bien a ensombrecerse…Más allá de la polémica bizantina de los “expertos” con respecto a los métodos del técnico nacional, Juan Carlos Osorio, y de su insistencia en que se olvidara de las “rotaciones” y delineara una alineación más o menos titular, los resultados de la eliminatoria alimentaron ilusiones. Después de todo, “triunfos son amores, y no buenas razones”.Los resultados que permitieron conseguir el boleto para el Mundial, sin las angustias que se habían vuelto habituales en los procesos anteriores, tuvieron entre sus protagonistas a la baraja de atacantes con que Osorio pudo hacer diversas combinaciones. Fueron los casos de Peralta, Jiménez, Vela y el “Chicharito” Hernández…*De los cuatro, el primero —el único que juega en México, por cierto— sigue siendo titular en el América… aunque sin alcanzar el protagonismo deseable. Prueba de ello, el afán de los dirigentes por enriquecer el elenco con jugadores importados —el francés Ménez y el colombiano Ibargüen—, con lo que Oribe queda en segundo plano.Por lo que hace a los tres restantes, Jiménez se limita a tener apariciones esporádicas e irrelevantes en el Benfica; Vela, en lo futbolístico, parece haber salido de Guatemala y entrado en Guatepeor —aunque en lo financiero resultara beneficiado— al pasar de la Real Sociedad de la Liga española, a Los Angeles de la MLS; en cuanto al “Chicharito”, en el West Ham parece atravesar por el momento más bajo de su carrera.Cualquiera puede imaginarse, así, los insomnios de Osorio. Los presentes… y los futuros.
