En lo que el paréntesis de la Fecha FIFA permite hablar -¡ojalá…!- de temas más amables, el obligado repaso de los resultados de la jornada más reciente del torneo casero invita a poner el acento, por enésima vez, en la crisis que aqueja a los equipos tapatíos: algo que lastima a los aficionados locales -a todos, independientemente de sus preferencias-, y principalmente a los que vivieron los Años de Vacas Gordas… * Tiempos hubo, en efecto, Señor Don Simón, en que Guadalajara tenía justa fama de ser la plaza en que se jugaba el mejor futbol de México; tiempos en que las “Chivas” eran protagonistas habituales de la película del campeonato, y los demás equipos (Atlas, Jalisco [antes Oro] y las dos universidades) cumplían con frecuencia desempeños sobresalientes.Ahora, en cambio, la realidad -ilustrada de manera incuestionable por la tabla de posiciones del certamen en curso- señala que tres equipos capitalinos (Cruz Azul, América y “Pumas”) ocupan tres de los cuatro primeros peldaños; aunque por ahora son sexto y séptimo, Monterrey y “Tigres” están en todas las quinielas como aspirantes al título… Guadalajara, en tanto -aunque esté a tiro de piedra de la zona de clasificación a la “Liguilla”- ocupa el modesto décimo segundo escaño. Y Atlas, en solitario, cuatro puntos detrás de su vecino más cercano, el vergonzoso farol rojo.*Lo más dramático del caso estriba en que, inspirados por el legítimo afán de salir de las aguas medias de la mediocridad y recuperar la grandeza y el protagonismo de sus buenos tiempos, rayados y rojinegros dieron sendos virajes históricos. Ambos se desvincularon de los clubes a los que se remontan sus orígenes, más que centenarios ambos, y se convirtieron en franquicias de personajes que supuestamente losmanejarían con criterio empresarial; ya no con el romanticismo un tanto amateur de los originales dueños de sus destinos.En distinta proporción, obviamente -el Guadalajara es un fenómeno social de dimensión nacional, en tanto que el Atlas se circunscribe a lo local-, pero ambos equipos tienen, al menos en teoría, por su historial y por las multitudes que respaldan su popularidad, un potencial gigantesco. Y es obvio, como lo proclaman sus resultados recientes, que los actuales dueños de sus destinos no han estado a la altura de los anhelos de sus seguidores…, ni de los compromisos que asumieron cuando se lanzaron a esta aventura.
