En teoría, si el Guadalajara se montó al bimbalete y pudo desplomarse de la cima a la sima de un torneo a otro; si fue luz en el Torneo de Clausura de la campaña anterior y ha sido sombra en el de Apertura que se disputa actualmente, un diagnóstico serio de los factores adversos que se sumaron en este certamen, sumado a medidas conducentes a evitar que se repitan, no necesariamente garantizaría, pero sí ayudaría a dejar atrás la pesadilla que las “Chivas” viven actualmente, y vuelvan a ser protagonistas del campeonato.Sin embargo, conviene recordar que no en vano se dice que “Del dicho al hecho hay mucho trecho”, y que “del plato a la boca, ocasionalmente se cae la sopa”.*De entrada, los dirigentes —alguno de ellos— cometieron el error de sobreestimar la capacidad de su plantel. En plena celebración de la conquista del título en el torneo anterior, daban por hecho que seis meses después estarían reeditando esa historia. Llegaron a proclamar —¿lo recuerdan…?— que había nacido “un nuevo Campeonísimo”.Hay, por desgracia, quienes no aprenden a moderarse… por más que se tropiezan reiteradamente con su propia lengua.*Por fortuna, entre quienes más influencia directa tienen en el comportamiento de los jugadores y en el desempeño del equipo, alguien mantuvo la ecuanimidad: el técnico Matías Almeyda. Ni incurrió en antipáticos desplantes de soberbia, ni se excedió en el incienso para su plantel, ni vio por encima del hombro a los adversarios.Quizá no calculó que le costarían tan caras las lesiones y las ausencias que le impidieron tener una buena pretemporada y que le estropearon los resultados de las primeras jornadas. Es probable, por tanto, que haya aprendido la lección y que, a partir de ella, convenza a los directivos sobre la necesidad de abrir de nuevo la cartera para contratar a dos o tres jugadores, primero, y, después, de correr los riesgos que implica promover a otros tantos novatos, para apuntalar en serio al plantel.Si el talón de Aquiles del equipo se ha alternado entre la falta de creatividad y de contundencia, y en los yerros del cuadro bajo –incluido el arquero Cota, que había sido baluarte en la conquista del título—, por ahí deberán empezar a apretarse las clavijas...Porque si el Guadalajara recupera la solvencia que llegó a tener, no será por arte de magia, ciertamente.
