A un mes -hoy se cumple- del asesinato del ex gobernador Jorge Aristóteles Sandoval, es probable que las autoridades ya tengan, al menos, algún indicio acerca de la identidad de los autores materiales y/o intelectuales, y de los móviles del crimen. La opinión pública, en tanto, sigue ayuna de noticias al respecto.-II-Hasta donde se sabe, las cuatro personas que a raíz de ese hecho han sido detenidas, están señaladas por intento de extorsión, una, y las otras tres por participar en la alteración de la escena del crimen. Con respecto a los asesinos, todo se reduce a especulaciones en el sentido de que las dos personas -un hombre y una mujer, jóvenes ambos- cuyas fotografías fueron difundidas la semana pasada y por las que se ofrecen recompensas que permitan su identificación y su captura, podrían ser -una o ambas- responsables del crimen. Tampoco ha trascendido si de los interrogatorios a que seguramente han sido sometidas las cuatro personas detenidas -y señaladas por complicidad, considerando que alterar la escena del crimen constituye una forma de encubrimiento-, se han desprendido pistas o señalamientos que permitan esclarecer los hechos.En la hipótesis de que, en efecto, como se apuntó líneas arriba, las autoridades ya tengan atisbos acerca de quién y por qué asesinó al ex gobernador, es evidente que el sigilo ha estado por encima de la capacidad para avanzar tanto en el esclarecimiento del caso como en el derecho que los deudos de la víctima y la opinión pública tienen, por una parte, a que se haga justicia, y por la otra, a que los aparatos encargados de investigar delitos y aplicar a los culpables “todo el peso de la ley” -como reza el tópico-, cumplan con esa importante encomienda social.-III-Mientras transcurre el tiempo sin que haya señales significativas de que avanzan las investigaciones relacionadas con el crimen más sonado -por la notoriedad de la víctima- ocurrido en Jalisco en más de un cuarto de siglo (el anterior sería el del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, el 24 de mayo de 1993: hace casi 28 años), ¿qué esperanzas pueden alimentarse de que algún día se esclarezcan y se sancionen los asesinatos de los cientos de víctimas que casi todos los días se encuentran por doquier, encostalados, descuartizados muchas veces, abandonados en fosas clandestinas o simplemente desaparecidos en lugares y circunstancias de las que jamás tendrán noticia sus padres, sus hermanos o sus hijos…?
