Jueves, 28 de Marzo 2024

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- Juez y parte

Por: Jaime García Elías

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Todavía no es Presidente López Obrador… pero como si ya lo fuera. Desde el día de las elecciones, hace mes y medio, y quizá desde antes, el aún Presidente, Peña Nieto, no le ve el polvo al apenas Presidente electo, ni en cantidad de notas informativas que lo aluden ni en declaraciones que lo colocan en el epicentro mismo de la información.

-II-

Uno de los casos más recientes: la defensa, a cuerpo limpio, del ya “Muchacho de la Película”, a Rosario Robles, por los desvíos millonarios detectados por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en las secretarías de Desarrollo Social (Sedesol) y de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) en los ejercicios encabezados por la señora. Reeditando implícitamente una de sus frases clásicas en sus tiempos de miembro de la oposición (“¡Mueran las instituciones…!”), López Obrador ya calificó de “chivo expiatorio de la mafia en el poder” a la funcionaria señalada.

Vale recordar que Rosario Robles fungió como Jefa de Gobierno interina del Distrito Federal, de septiembre de 1988 a diciembre de 2000, en la transición entre Cuauhtémoc Cárdenas -quien renunció para convertirse en candidato a la Presidencia de la República- y el propio López Obrador. Miembros fundadores ambos del PRD, hay entre ellos, pues, una añeja y estrecha relación.

-III-

Aun suponiendo que esté convencido de que Rosario Robles es ajena a las irregularidades detectadas por la ASF, y aun partiendo de la presunción de inocencia a que la señora tiene derecho, el  Presidente electo -especialmente a partir de la declaración de intenciones de que la honradez será bandera de su Gobierno- tiene el compromiso moral, de cara a los ciudadanos que lo eligieron, de abstenerse de querer ser juez y parte; de alentar los afanes por esclarecer los hechos, porque se aplique a los culpables -caso de haberlos- las penas previstas por la ley, y porque resplandezca la inocencia de quienes están limpios de culpa.

López Obrador podría, incluso, premiar a la señora Robles con algún cargo importante entre sus colaboradores, una vez despejadas las dudas sobre la pulcritud en el manejo de los dineros públicos que pasan por sus manos... pero no debe tomar partido, públicamente, a priori, con la investidura simbólica que ya ostenta, so pena de dar la sensación de que, sin entrar aún al fondo del asunto, descalifica gratuitamente a un ente gubernamental, y emite una consigna, ya como virtual Presidente, a favor de su amiga y camarada.

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