A ver: ¿sería factible coincidir, primero, en que las demandas planteadas en las marchas de ayer en la Ciudad de México y en varias ciudades del país, con motivo del Día Internacional de la Mujer, son justas, y, segundo, en que quizás los métodos utilizados para plantearlas y hacerlas del dominio público no son las más adecuadas?Ejemplo de lo primero: la primera de varias demandas por abuso sexual en contra del candidato (contra viento y marea) de MORENA al gobierno de Guerrero, Félix Salgado Macedonio, data de 1998. Aun a medio camino entre la presunción de veracidad de la acusadora y la presunción de inocencia del acusado, es escandaloso -por decir lo menos- que el complejo y costoso aparato encargado de procurar justicia en este bendito país, no haya sido capaz de esclarecer el hecho y de pronunciarse al respecto… ¡en 23 años! Es escandaloso asimismo que las miles de denuncias levantadas o -como reza la jerga burocrática- las “carpetas de investigación” supuestamente abiertas por acosos, abusos, lesiones, violaciones o asesinatos, tanto si las víctimas son mujeres como si son hombres, sigan durmiendo el sueño de los justos.-II-Las pruebas, abundantes y escandalosas, de la ineficiencia del aparato judicial, ya deberían haberse traducido en acciones concretas orientadas a facilitar denuncias y agilizar procesos. Complicar, dificultar o demorar la aplicación de la justicia, es, por sí misma, una injusticia. En todos los tiempos y en todas las culturas, el combate al delito pasa por el castigo a los delincuentes. La incidencia de las conductas antisociales, cualesquiera que éstas sean, sólo se reduce, de entrada, sancionando eficazmente a sus autores. La impunidad sistemática es el abono más eficaz para el delito.-III-En las manifestaciones realizadas ayer por grupos feministas, al parecer “la logística” -como dicen los entendidos- de desplegar cerca de tres mil mujeres policías “para atender en todo momento la manifestación y evitar daños al patrimonio cultural”, e instalar vallas en torno a decenas de monumentos, edificios y comercios ubicados en la zona centro de la capital, minimizó los efectos de las previsibles confrontaciones entre asistentes y policías. Hasta la media tarde de ayer, se sabía de destrozos en mobiliario urbano y algunas estaciones del Metro, de vitrales del Palacio Postal y de lesiones leves de algunas policías y manifestantes en la intentona de derribar las vallas colocadas frente a Palacio Nacional.En cuanto a los frutos y beneficios de las manifestaciones… están por verse.
