No se ha llegado -menos mal...- al extremo de tener que lamentar verdaderas desgracias como serían las pérdidas de vidas humanas; sin embargo, las obras de construcción de la Línea 3 del Tren Eléctrico Urbano en Guadalajara no han estado exentas de incidentes a todas luces lamentables.No se hicieron efectivos, felizmente, los temores de que sufrieran afectaciones serias -catastróficas, incluso, como llegó a pronosticar cierto preclaro profeta de desastres, de cuyo nombre no vale pena acordarse…- construcciones tan emblemáticas de la ciudad como las iglesias de El Santuario, San José, Aránzazu, San Francisco y, por supuesto, Catedral; sí resintieron daños de cierta consideración, en cambio, hasta donde se tiene conocimiento, La Casa de los Perros -hoy Museo del Periodismo y las Artes Gráficas- y algunas fincas cuyos muros y techos sufrieron cuarteaduras susceptibles, según se ha dicho, de las correspondientes reparaciones.-II-Conjurado, principalmente, el temor de que causara estragos la tuneladora a la que se encomendaron las obras subterráneas que prácticamente atravesaron el Centro de la ciudad, resulta que las mayores afectaciones, hasta ahora, las han sufrido los vecinos de las calles de Santa Mónica y Pedro Loza, en la Colonia Alcalde Barraquitas, cuyas viviendas han sido inundadas a causa de los aguaceros que se han registrado desde que comenzaron a mediados del mes, pero principalmente de la manipulación de los colectores que súbitamente pasaron a ser inoperantes. Las aguas han alcanzado, en el interior de algunas viviendas, hasta dos metros de altura. Ya ha sido necesario que bomberos y socorristas rescaten, nadando, a personas que de improviso se quedaron atrapadas en las casas.Las acciones pretendidamente remediales no aportan, en el corto plazo, un panorama tranquilizante: el propio director del Tren Eléctrico Urbano declaró que “a más tardar el 16 de agosto -‘si las condiciones climatológicas lo permiten’, le faltó decir- concluirán las obras del colector que será instalado en Alcalde Barranquitas para evitar futuras inundaciones”. (Por “futuras”, en el caso, deberá entenderse las correspondientes a temporales venideros).-III-Por supuesto, hace falta subrayar que se trata, apenas, de la etapa preliminar de los perjuicios que estas obras han ocasionado. En el entendido de que el progreso tiene un precio, aún falta ver qué otras consecuencias negativas para vecinos, comerciantes y aun usuarios traerán aparejadas obras que, en efecto, eran necesarias y aun imperativas… pero que ciertamente pudieron haberse hecho con más pulcritud; y, además, en un momento -hace décadas- más oportuno.
