El cáncer colorrectal, que afecta al colon o al recto, es una de las enfermedades oncológicas más prevalentes y, afortunadamente, también una de las más prevenibles si se detecta en sus estadios iniciales. No obstante, en sus fases tempranas, a menudo se manifiesta con señales sutiles, o incluso sin síntoma alguno, lo que permite que progrese de forma silenciosa.Existe un síntoma inicial al que muchas personas no le otorgan la debida importancia, confundiéndolo con molestias digestivas comunes: el cambio persistente en el ritmo intestinal.Aunque la presencia de sangre en las heces o el dolor abdominal intenso son síntomas que con frecuencia motivan una consulta médica, las modificaciones en los patrones de evacuación suelen ser fácilmente desestimadas.Este signo clave se refiere a una alteración notable y duradera, que se mantiene por varias semanas (más de tres), e incluye:Este cambio en la rutina intestinal es crucial porque, aunque puede deberse a la dieta, el estrés o afecciones menores, si es constante, podría indicar que un tumor incipiente está afectando el funcionamiento normal del colon.Cuando el cáncer avanza, o incluso en fases tempranas, existen otros indicadores que requieren una evaluación médica inmediata:El pronóstico del cáncer de colon mejora drásticamente cuando se detecta a tiempo. Si la enfermedad se identifica en sus etapas iniciales y se trata, la tasa de supervivencia puede ser del 90% o más.Los expertos insisten en que cualquier persona que experimente un cambio intestinal que persista por más de tres semanas debe consultar a su médico, independientemente de la edad. Las pruebas de detección, como el test de sangre oculta en heces y la colonoscopía (especialmente recomendada a partir de los 50 años, o antes si hay antecedentes familiares), son las herramientas más efectivas para encontrar pólipos precancerosos y extirparlos antes de que se transformen en cáncer.BB