El cardio en ayunas se ha convertido en una de las prácticas más populares dentro del mundo fitness. Consiste en realizar ejercicio cardiovascular (como correr, caminar a paso rápido, usar bicicleta estática o hacer elíptica) justo después de despertar y antes de ingerir alimentos. La pregunta es inevitable: ¿realmente ayuda a quemar más grasa o se trata de un mito que ha ganado fama en redes sociales?La teoría detrás del cardio en ayunas señala que, al no haber energía disponible de los alimentos recientes, el cuerpo recurre a las reservas de grasa como fuente principal de combustible. De esta manera, se cree que se acelera la pérdida de peso y se obtiene una mayor definición muscular.Estudios en fisiología del ejercicio muestran que entrenar en ayunas sí puede aumentar la oxidación de grasas durante la actividad, pero los resultados a largo plazo no siempre se traducen en mayor pérdida de peso comparado con entrenar después de comer. Además, el rendimiento suele ser más bajo, ya que los niveles de glucosa son reducidos y la fatiga puede aparecer con mayor rapidez.Especialistas en nutrición deportiva advierten que “el déficit calórico sostenido y la constancia en el entrenamiento son más determinantes para bajar de peso que la hora en la que se realice el ejercicio”.No es recomendable para personas con problemas de azúcar en la sangre, como diabéticos, o quienes tienen baja presión arterial.El cardio en ayunas no es un truco mágico ni la clave exclusiva para quemar grasa. Puede ser una herramienta válida dentro de un plan integral de entrenamiento, pero no sustituye la importancia de una alimentación equilibrada, el descanso adecuado y la constancia en la actividad física.El cardio en ayunas puede funcionar para algunas personas y ser incómodo o ineficaz para otras. Lo más importante es elegir un método que se adapte al cuerpo, a la salud y al estilo de vida. Al final, el verdadero secreto para perder grasa sigue siendo una combinación de hábitos sostenibles de ejercicio y nutrición.BB