Las películas de terror son un género que despierta pasiones: mientras algunas personas disfrutan sentir miedo en la pantalla, otras evitan por completo este tipo de historias. Pero más allá de las emociones inmediatas, surge una pregunta interesante: ¿realmente afectan al cerebro las cintas de terror?Cuando una persona ve una escena de terror, su cerebro no siempre distingue de manera inmediata si la amenaza es real o ficticia. Esto activa la amígdala, región encargada de procesar las emociones, especialmente el miedo. Al mismo tiempo, se libera adrenalina y cortisol, hormonas relacionadas con la respuesta de huida o defensa.De acuerdo con un estudio de la University of Turku en Finlandia, las películas de terror generan cambios en la actividad cerebral similares a los que ocurren en situaciones de peligro real, aunque de forma controlada y temporal.Aunque pueda parecer contradictorio, este género puede traer efectos positivos:Algunos especialistas incluso señalan que quienes disfrutan de este tipo de películas tienden a desarrollar mayor tolerancia a las emociones intensas.No todo es positivo. En personas sensibles o con antecedentes de ansiedad, insomnio o traumas, las películas de terror pueden provocar:La psicóloga clínica Kristen Lindgren de la University of Washington explica que este tipo de películas pueden “disparar respuestas de miedo intensas en algunas personas, aun cuando saben que no están en peligro real”.Las películas de terror sí tienen un impacto en el cerebro, principalmente porque activan las mismas regiones relacionadas con el miedo real. Sin embargo, para la mayoría de las personas este efecto es temporal y puede resultar incluso estimulante o liberador. Lo importante es conocer los propios límites: si el miedo genera malestar excesivo, lo mejor es evitar este tipo de contenidos.BB