Sábado, 20 de Abril 2024
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El día que T-Cross se volvió más juguetón

Proveniente de India, nuevo motor turbo y renovado equipamiento; las cartas fuertes de este nuevo producto en México

Por: Mario Castillo

T-Cross rodando por las calles de la capital oaxaqueña, en su hábitat, pero gracias a su nuevo motor cuenta con capacidades que nos sorprendieron en carretera. EL INFORMADOR/M. Castillo

T-Cross rodando por las calles de la capital oaxaqueña, en su hábitat, pero gracias a su nuevo motor cuenta con capacidades que nos sorprendieron en carretera. EL INFORMADOR/M. Castillo

Basado en una gran plataforma como la MQB A0 y ahora proveniente de la planta de India, el Volkswagen T-Cross 2022 llega a México con una amplia renovación que justifica este facelift.

Para empezar, su diseño ahora tiene nueva iluminación LED al frente, las líneas de carácter se reforzaron en esta área y a los costados, gana un quemacocos y en la parte posterior toda la parte baja ha cambiado, al mismo tiempo que las calaveras ahora se unen mediante una luz transversal montada sobre el portón.

Luce bien por fuera y también por dentro tenemos novedades. Para empezar destaca su espacio, principalmente para los que viajan atrás. Tres personas adultas entran sin problema, quizá con el espacio comprometido a lo ancho, pero a lo largo es sorprendentemente amplia, tanto así que dos personas de hasta 1.90 metros de alto podrían ir una como copiloto y la otra atrás, sin que peguen las rodillas en tablero o respaldo, respectivamente.

El nuevo sistema de iluminación toma de lado a lado la parte posterior de T-Cross. EL INFORMADOR/M. Castillo

Esta amplitud interior se da gracias a que es 22 milímetros más largo, 44 milímetros más ancho, manteniendo la misma distancia entre ejes y altura. En cuanto a la cajuela, el espacio es de 385 litros, como para dos maletas medianas, pero se puede ampliar gracias a los asientos con respaldos abatibles.

Del lado del conductor viene lo más interesante. Nuevo volante con logotipo actualizado, controles de audio, un cuadro de instrumentos que redujo sus dimensiones a 8 pulgadas a color, una pantalla de infoentretenimiento de 10 pulgadas con compatibilidad para Android Auto y Apple CarPlay inalámbrico, así como puerto de carga por inducción y dos puertos USB tipo C adelante y otros dos iguales para la banca posterior, también con salidas de aire acondicionado.

Y es que en los detalles está la diferencia en este T-Cross, pues contar con estos elementos ayuda un poco a justificar su precio. Por otro lado, en nuestra experiencia con estos sistemas sobresale la tecnología en conectividad, la fluidez de la interfaz del Volkswagen Wire & Wireless App-Connect, también con conexión para smartphone mediante Bluetooth. Sin embargo, en ocasiones el Android Auto se desconectaba sin razón, alámbrica e inalámbricamente, al menos en todo el viaje sucedió unas tres veces. No molesta, pero sorprende que se desconecte y vuelva a conectarse por sí mismo. Luego, el volumen se regula desde la pantalla, deslizando el dedo, lo mismo sucede para el aire acondicionado. Esto se ve cool y muy moderno, pero en la práctica, atinar con el dedo para subir o bajar, no es una tarea precisa y te entretiene algunos segundos extra en regular correctamente la intensidad del aire por ejemplo, sobre todo si vas manejando. Claro, el volumen del audio se puede regular desde el volante, pero ya saben, las costumbres.

Los materiales con los que te encontrarás son comunes en su segmento: con plásticos rígidos predominantes, pero en este caso con buenos detalles en el tablero y sin reflejos en el parabrisas, lo cual hace más cómodo el manejo en esta época soleada. Luego, la construcción es buena, sin ruidos, obviamente manejamos T-Cross nuevas y no presentaban ninguna “sonaja”. En general, la presentación interior es bastante agradable.

En términos de seguridad toma la delantera con elementos como seis bolsas de aire de serie en todas las versiones, asiento trasero con sistema ISOFIX, así como asistencias en la conducción como el de colisión frontal con freno de emergencia, cámara trasera, control de velocidad crucero, freno multicolisión y sensores de estacionamiento atrás, también para todas las versiones.

Buenos materiales, construcción impecable y asistencias en la conducción son sus máximas novedades. EL INFORMADOR/M. Castillo

Una larga ruta para divertirnos

Entrando de lleno en otro aspecto que cambió en T-Cross es el manejo. La ruta fue de Ciudad de México a la capital de Oaxaca, una distancia de 463 kilómetros aproximadamente y unas 6 horas de conducción (dividido entre dos personas que íbamos en cada unidad). Personalmente desconocía el trayecto y me sorprendió lo rápido y bien cuidado que está el trayecto, con autopistas en su mayoría impecables y limpias, por supuesto con paisajes espectaculares en el Sur de México. Aquí pusimos a prueba el nuevo motor de tres cilindros, 1.0 litros turbo con 114 caballos de potencia @ 5,000-5,500 rpm y un torque de 178 newton-metro @ 1,750-4,500 rpm acoplado a una caja automática de seis velocidades (Tiptronic).

Las buenas sensaciones vinieron desde el inicio en la carretera, con un desplazamiento correcto y rápido que ayudados por la caja en modo manual hacíamos ronronear el pequeño bloque tricilíndrico y respondía muy bien a la exigencia. La caja se protegía para no reventar las revoluciones pero podíamos jugar con ella tanto con los cambios secuenciales y el modo Sport, sin problema. Los rebases fueron inmediatos, con una dirección electromecánica muy precisa, una suspensión independiente tipo McPherson adelante y semi-independiente atrás que absorbía bien las imperfecciones y que al mismo tiempo nos hacía sentir cómodos en el trayecto para siempre saber por dónde pisamos.

Sin embargo, a bajas revoluciones teníamos una respuesta que si bien no es inmediata por el inevitable turbo-lag que conocemos de estos motores, podíamos gestionar el poder del motor con el modo manual para enviar toda la fuerza a la tracción delantera. El consumo que nos dio rondaba los 9.5 km/l (oficialmente VW dice que da 17 km/l), evidentemente por la exigencia de nuestro manejo a ritmos de 130 km/h y en momentos hasta 200 km/h y la camioneta se comportaba de manera impecable, sin vibraciones y nos transmitía aplomo y seguridad.

Tres adultos de complexión mediana pueden ir cómodos en la banca posterior. EL INFORMADOR/M. Castillo

El paisaje y los diferentes caminos por los que manejamos este T-Cross nos permitieron tener un buen acercamiento a este producto que ha evolucionado para bien, pero no será todo, pues antes de terminar el año llegará una versión por debajo de los 400 mil pesos y que ya en el papel se antoja menos atractiva tras lo que acabamos de probar, pues contará con un motor aspirado, lo cual nos llevaría a tener sensaciones como las que descubrimos en Seat Arona, por ejemplo, su “hermana” española.

La agilidad, modernidad y espacio, son las cartas fuertes de este nuevo vehículo que se enfrenta a rivales como la Renault Captur Iconic CVT (de 154 HP y 486,400 pesos) y Hyundai Creta Limited Turbo (de 138 HP y 468,900 pesos), principalmente.

Y si estás entre T-Cross, Nivus e incluso Taos, tres SUV’s con sabor y tamaño distinto, pero que se acercan en muchos aspectos dentro del portafolio de productos, te puedo decir que T-Cross es más espaciosa o al menos transmite mejor esa sensación, mientras que Nivus con el mismo motor es mucho más cómoda para el día a día en el tráfico y con mejor estilo (un punto de vista muy personal y subjetivo) y en Taos tienes más milímetros de lámina y motor más potente de 150 HP en la versión de entrada Trendline, que empata con la Highline de T-Cross en precio. Ya será cuestión de gustos.

Mario Castillo/Oaxaca, Oaxaca

Versiones y precios

  • T-Cross Trendline: 419,990 pesos.
  • T-Cross Comfortline: 449,990 pesos.
  • T-Cross Highline: 484,990 pesos.
  • El T-Cross Trendline con motor MPI, por debajo de 400 mil pesos, para finales de 2022.

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