Bajo la bandera del rock alternativo, con 20 años de historia en España y seis discos en su ADN sonoro, la escuadra Lori Meyers aterrizó en nuestro país para ofrecer una breve gira por el Centro de la República, con la intención de sembrar su música en el gusto de los fans y regresar, ahora sí en forma, en 2018.Exploradores del sonido, dinámicos al momento de subir al escenario y siempre dispuestos a dejar su huella, así es el grupo formado por Ale Méndez, Alfredo Núñez y Noni López. Su disco “En la Espiral”, lanzado este año, conjuga inmediatez y complejidad, bucolismo y turbulencia, estribillos invictos y desarrollos instrumentales inopinados.El grupo formado en Granada, España, se caracteriza por sus sonidos directos, sin efectos o adornos inútiles. “En la Espiral” se grabó en los estudios La Casamurada con Ricky Falkner (el mismo productor de Love of Lesbian e Iván Ferreiro).Durante una breve pausa durante su gira en México, Ale Méndez, guitarrista y voz de la banda, habló con este medio sobre el desafío que implica permanecer 20 años juntos, las fuerzas que los traen a México y el romance que implica grabar un disco en tiempos digitales.—¿Cómo se han mantenido juntos durante todo este tiempo?—Muchos grupos surgen porque se conocen un poco más mayores, y a partir de allí surge una relación, más que nada musical, pero hasta allí. Nosotros venimos de un pueblo pequeño, éramos amigos desde la escuela. Teníamos raíces muy cercanas y eso hace que nos acoplemos bien. Nos complementamos, conocemos nuestras virtudes y errores, porque antes que grupo, somos amigos.—¿A dónde quieren llegar con el nuevo disco?—Queremos terminar de promover el nuevo material en España y luego en México. No sabemos si nos va a dar tiempo para hacer a otros países, porque es algo complejo empezar de cero en América. De momento lo que queremos es disfrutar y exponer nuestra música ante toda la gente que sea posible.—¿Cómo se han sentido ante el público mexicano?—La diferencia del público español y mexicano… aquí la gente es más efusiva, disfruta más, se vuelca con más fuerza a las propuestas que tenemos. Son gente que te ofrece una cercanía mayor, mientras que en Europa somos mucho más fríos. Lo único que lamentamos es no poder estar aquí más tiempo. En México todo es más grande, masivo.—¿Qué ha cambiado desde su última visita a México, hace tres años?—Aquel fue un viaje donde teníamos sobre todo pensado sembrar, llenarnos de sensaciones y dejar la semilla de nuestra música. Ahora venimos también por un tiempo corto, pero esperamos regresar en 2018 con una gira ya, en forma, por todo México.—También pasó mucho tiempo entre su quinto material (“Impronta”, 2013) y “En la Espiral”, ¿por qué?—Dedicamos este tiempo a acumular experiencia. Cuando terminamos la gira de “Impronta” entramos a grabar el nuevo material, pero fue un proceso más difícil, mucho más progresivo. Tomó su tiempo comprender en qué dirección iba a ir el material. El resultado nos gustó mucho, tanto como para venir y presumirlo a México.—¿Vale la pena apostarle al disco en una época donde muchos grupos están lanzando solamente sencillos?—Sí, al menos de nuestra parte, va a seguir. Es cierto que vivimos en una época en la que todo va más rápido. Es difícil que la gente ahora se siente a escuchar un disco entero, Internet le abrió las puertas a muchas bandas y el hecho de tener seis discos, una carrera, puede parecer poco, pero nos da mucha experiencia y fuerza.
