Con una mirada íntima y potente sobre la vida de Leonora Carrington, la biopic “Leonora” llegará a los cines de México el 4 de septiembre, celebrando a una de las artistas más enigmáticas y rebeldes del siglo XX.El filme cuenta con la participación especial de Cassandra Ciangherotti y Luis Gerardo Méndez; es codirigida por Thor Klein y Lena Vurma y protagonizada por Olivia Vinall, en una coproducción entre Rumania, Alemania, México y Reino Unido.En entrevista con EL INFORMADOR, Luis Gerardo Méndez y Cassandra Ciangherotti compartieron su experiencia al participar en la cinta. Méndez destacó que “Leonora no solamente creó obras fantásticas, sino que su vida misma fue una obra de arte”. De hecho, la película retrata los años más convulsos y luminosos de la artista surrealista.La cinta, basada en el libro homónimo de Elena Poniatowska, se adentra en un periodo crucial de la creadora inglesa que encontró en México -y particularmente en Xilitla, San Luis Potosí- un refugio artístico y vital. Olivia Vinall interpreta a Carrington, mientras que Cassandra Ciangherotti encarna a Remedios Varo y Luis Gerardo Méndez asume un reto poco común: dar vida a más de un personaje en la misma historia.“Thor (Klein) quería que hiciera tres papeles: el padre de Leonora, su psiquiatra y un galerista en la Ciudad de México. Por temas logísticos terminé interpretando dos, pero me pareció fascinante. Era como representar a los hombres que la rodeaban y que intentaban decirle qué hacer, a esta mujer brillante y adelantada a su época. Creo que ahí hay una crítica muy interesante al comportamiento masculino, que por siglos ha tratado de controlar la voz femenina”, explica el actor.La película no busca únicamente trazar la vida de Carrington en orden cronológico, sino también recrear el universo mental y artístico que la definió. Para Méndez, esa dimensión fue lo más impactante. “Me sorprendió mucho este episodio en el que estuvo internada en un psiquiátrico en España, donde fue sometida a electrochoques. Su genialidad fue juzgada como locura. Imaginar a una mente tan adelantada recibiendo esos tratamientos porque un hombre decidió que estaba mal… es brutal. Esa parte de la película me conmovió profundamente”. Carrington no sólo fue pintora y escultora: también escritora y pensadora. Su obra dialogó con Salvador Dalí, André Breton y Max Ernst, pero al mismo tiempo planteó una perspectiva propia dentro del surrealismo, más ligada a lo onírico y a una sensibilidad femenina que desafiaba convenciones.“Lo que me gusta de una biopic bien hecha -apunta Gerardo Méndez- es que nos recuerda que estas figuras no eran sólo genios, sino personas con miedos, con inseguridades, con una vida cotidiana. Y al mismo tiempo, Leonora logró trascender todo eso para crear un lenguaje artístico único. Creo que verla en pantalla nos ayuda a conectar con esa dualidad: el mito y la persona”.La producción, una coproducción entre México, Alemania, Rumania y Reino Unido, apostó también por un lenguaje visual que evocara los cuadros y esculturas de Carrington. “La película es como una pintura, cada encuadre parece un cuadro de Leonora”, sostiene el actor.Al respecto, Ciangherotti añade que tanto ella como Vinall buscaron honrar la amistad entre Carrington y Varo, cuidando que no quedara opacada por las figuras masculinas alrededor. “De repente tenías a un director y a un fotógrafo con caracteres muy fuertes, pero Olivia y yo tratábamos de que se respetara esa relación íntima entre ambas, que era central. Era como replicar, de alguna manera, lo que vivían las mujeres de esa época: encontrar maneras de hacerse escuchar en medio de tantas voces masculinas”. Cassandra Ciangherotti comparte que su papel como Remedios Varo le permitió explorar la amistad entre ambas artistas, vínculo que fue tan creativo como personal. “Me parecen personajes icónicos y son historias que se tienen que contar una y mil veces”, afirma. La actriz recuerda que el rodaje fue una experiencia singular, con jornadas en Alemania y México que estuvieron atravesadas por lo que ella describe como un halo surrealista.“Hubo momentos en los que la misma filmación se sentía como una obra de Leonora. Yo, por ejemplo, tuve que aprender a manejar en cinco minutos un auto antiquísimo, sin volante, en bajada y con un acantilado enfrente. Ese tipo de situaciones parecían sacadas de un cuadro de Carrington”, narra.Para Ciangherotti, el gran reto del guion fue sintetizar un universo tan vasto como el del surrealismo. “Cada uno de los personajes que rodearon a Leonora era en sí mismo una figura enorme, como encontrarse con John Malkovich. El reto era cómo condensar la historia de todos en la historia de una sola. Una biografía entera se podría escribir sobre un sólo cuadro de ella. Pero creo que el guion lo resuelve muy bien al centrarse en los episodios más representativos”, reflexiona. El estreno de “Leonora” ocurre a catorce años de la muerte de la artista, quien falleció en 2011 en México a los 94 años. Su legado es amplio: desde el mural “El mundo mágico de los mayas”, que se encuentra en el Museo Nacional de Antropología, hasta esculturas como “La Dragonesa” o “El gato de la noche”, sin olvidar una producción literaria que sigue siendo referente.Para el elenco, lo más importante es que la película motive a nuevas generaciones a acercarse a ese legado. “Que la gente se acerque más a su obra, a lo que significa, a lo que quiso decir. Que recuerden que se trata de cuestionar lo establecido, de adentrarse en lo desconocido, de explorar el mundo de los sueños. En el momento que vivimos, esa mirada es más relevante que nunca”, señala el actor y subraya que el estreno en salas de cine es fundamental.“Ver esta historia en pantalla grande es muy conmovedor. La película misma es un homenaje visual, y verla en cine es una experiencia que no se puede comparar”. CT