Los inversionistas a nivel global ya comienzan a recalibrar sus estrategias a medida que el temor de una guerra comercial entre Estados Unidos y China se vuelve más real. Por un lado, las acciones en países emergentes cayeron a su nivel más bajo desde octubre, es decir, casi nueve meses, mientras que las de los países desarrollados ligan entre tres y seis días a la baja. El índice MSCI Emerging Markets rompió el piso de los mil 100 puntos, ante la preocupación de que una estrategia arancelaria de “ojo por ojo” entre China y Estados Unidos pueda ser un freno en el crecimiento global. Otros activos en estos mercados también han sido afectados, pues 19 de las 25 monedas emergentes más grandes cayeron ayer, mientras que el spread de la deuda soberana de estos países respecto a la de Estados Unidos subió un promedio de 9 puntos base. “El aumento en la ansiedad del mercado ante la mayor tensión en la disputa de Estados Unidos y China provocó una brusca reversión de los flujos de portafolio hacia acciones en países emergentes”, señaló en un reporte Emre Tiftik, director de mercados de capital globales del Instituto Internacional de Finanzas. En Europa, el Stoxx Europe 600, un índice que abarca empresas de larga, mediana y pequeña capitalización de ese continente, cayó ayer por tercer día consecutivo, acumulando un tropiezo de 3.70 por ciento. Los mercados en Wall Street no se quedaron atrás y retrocedieron de forma generalizada. El Promedio Industrial Dow Jones cayó 1.15 por ciento; el S&P 500, 0.40 por ciento, y el tecnológico Nasdaq, 0.28 por ciento. “Si vemos una guerra comercial, no estoy seguro que ningún mercado bursátil esté seguro”, dijo Doug Sandler, estratega global de Riverfront Investment Group. “Inicialmente creí que las acciones en los países aliados de Estados Unidos estarían seguras, pero no hay ninguna clase de activo que haya escapado al efecto de Trump”. En la otra cara de la moneda, algunos inversionistas aseguran que estas caídas están generando puntos atractivos de entrada. “Esta es una oportunidad atractiva de compra en el mercado accionario europeo, a pesar de que algunos factores geopolíticos podrían opacar a los fundamentales de la región”, dijo William Hobbs, jefe de estrategia de inversión para Barclays. El fuego cruzado de aranceles entre Estados Unidos y sus principales socios comerciales ha provocado una reacción en cadena en el mercado cambiario internacional que ha debilitado a distintas monedas frente al dólar. El índice que mide el comportamiento del billete verde con respecto a una canasta de diez divisas se encuentra en mil 188.5 puntos, un máximo no visto desde el 6 de julio de 2017, con base en información de Bloomberg. “Con las nuevas amenazas proteccionistas de Donald Trump, la batalla arancelaria en curso podría convertirse en una guerra de divisas”, señaló Diego Colman, analista de mercados en Daily Fx del grupo financiero británico IG. El billete verde acumula un incremento de 6.27 por ciento desde el pasado 17 de abril a la fecha, lo cual constituye su mayor ciclo de alza desde el observado a finales de 2016. “Está claro que China tiene mucho más que perder” que Estados Unidos en la guerra comercial, pero Washington está abierto al diálogo con su mayor socio comercial, dijo Peter Navarro, asesor económico de Trump. Recordó que China exportó más de 500 mil millones de dólares a EU en 2017, más de los 130 mil millones que importó de EU. Navarro reiteró que China utiliza prácticas injustas, como robo cibernético, adquisiciones empresariales patrocinadas por el estado, transferencia tecnológica forzada y restricción en exportaciones. “Las acciones que el presidente ha tomado son puramente defensivas, diseñadas para defender las ‘joyas de la corona’ de la tecnología de EU del comportamiento agresivo de China”. El vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Geng Shuang, instó a EU a ser más racional sobre el comercio y a dejar de socavar los intereses de otros países. “China no desea una guerra comercial, pero no le teme a una”. Ángel Gurría, de la OCDE, advirtió que la tensión comercial amenaza con ralentizar el PIB global.
