El vínculo entre la Universidad del Valle de Atemajac (Univa) y la empresa familiar Artemaíz, dedicada a la elaboración de artesanías de hoja de maíz, ha derivado en mejores condiciones de trabajo para las familias de san Cristóbal Zapotitlán, en Jocotepec, además de un incremento en ventas y exportaciones de los productos, especialmente a Estados Unidos.Artemaíz es un grupo de veinte artesanas, la gran mayoría madres de familia dedicadas a las labores del hogar, oriundas de San Cristóbal Zapotitlán, una localidad de poco más de dos mil habitantes adscrita al municipio de Jocotepec, en la Ribera de Chapala. Tanto María del Rosario Sandoval, directora del proyecto de vinculación con Artemaíz e investigadora de la Univa, como Samuel Reynoso, director de la empresa, consideran que el apoyo mutuo les ha ayudado a incrementar sus ingresos y ser más conocidos por los clientes.La universidad apoyó a las artesanas con la creación de una página web para promover sus productos, el desarrollo de un logo que las identificara como empresa, y un catálogo para ordenar y promover su trabajo. Por su parte, la empresa se ha dedicado a promover sus figuras de maíz en ferias internacionales, principalmente en Estados Unidos, donde sus artesanías se venden a un 20 por ciento más de lo que se pagan en México.La profesora Sandoval y la Univa consideran que el apoyo de la institución a iniciativas como Artemaíz busca empoderar a las micro y pequeñas empresas de los municipios de Jalisco, principalmente con estrategias comerciales y capacitación para dejar de depender de los intermediarios, los cuales venden productos de artesanos hasta 3 o 4 veces más caros sin que éstos reciban una remuneración por su trabajo."Los microemprendedores necesitan estrategias para vender sus productos. A veces pueden saturar su mercado y no tienen las herramientas para venderlo fuera de su municipio. Además, su producto se lo dan a intermediarias, porque no tienen su marca propia, y el intermediario se lleva sus ganancias", explicó.Samuel Reynoso, director de Artemaíz, considera que las artesanas obtienen, en ocasiones, hasta tres mil pesos a la semana por su trabajo bajo los esquemas de trabajo actuales. En San Cristóbal Zapotitlán, donde los hombres se dedican mayormente al cultivo de berries o se van a Estados Unidos a trabajar, las mujeres han encontrado en la creación de artesanía de hoja de maíz un nuevo modo de ganarse la vida.Según el empresario, la colaboración con Univa les permitió tener "más vínculos y relaciones tanto con asociaciones civiles, gobierno, nos han dado oportunidad de expandirnos". Reynoso consideró que ha sido difícil lograr que los clientes paguen las artesanías a un precio justo, ya que existen artesanos, que viven al día, los cuales venden barato para subsistir. "No le dan el valor que debe de tener el trabajo", lamentó.La Univa también detectó como problema el bajo valor que se paga a la artesanía local. "Vendían en tianguis de Chapala a precio bajo. No eran apreciadas, y estas requieren de mucho esfuerzo y dedicación", comentó María del Rosario Sandoval.Artemaíz realiza figuras en hojas de maíz, como flores, muñecos, charros o figuras folclóricas, y llevan cinco años constituidos como empresa familiar.El vínculo entre academia (Univa) y empresa (Artemaíz), derivó en un reconocimiento por parte de Jalisco Tecnológico (Jaltec), en el marco del galardón Manuel López Cotilla, entregado por esta organización del Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco (CCIJ).