Ferrari tratará de lograr este fin de semana en el Gran Premio de Francia de Fórmula Uno su revancha sobre el asfalto después de haber cedido la victoria a Mercedes por una decisión de los comisarios en Canadá.“Luego de Canadá queremos volver a estar sobre la pista y pelear con nuestros rivales”, lanzó el responsable de la Scuderia, Mattia Binotto, quien aún no ha podido digerir la sanción impuesta a su piloto Sebastian Vettel, privándole de la victoria en Montreal, y ofreciéndosela a Lewis Hamilton.La escudería italiana pidió la revisión de la sanción, pero, a la espera de una eventual decisión, Mercedes cuenta ya con siete victorias en los siete primeros Grandes Premios de la temporada, y Hamilton vuela lanzado hacia el título.Por parte de Mercedes, la derrota tocó a su puerta en Canadá. Hamilton, vigente campeón, logró al final su quinta victoria esta temporada gracias a la sanción infligida a Vettel, pero se vio escoltado en el podio por los dos pilotos de Ferrari, mientras que su compañero Valtteri Bottas sólo pudo ser cuarto.“Canadá fue un toque de atención para nosotros. Después de haber mostrado una muy buena fiabilidad en las seis primeras carreras, nos encontramos con varios problemas de los que casi todos fuimos responsables”, indicó Toto Wolff, director ejecutivo de la escudería alemana.“Esperamos otra dura batalla en Francia. El circuito presenta ciertas similitudes con Montreal, y las largas líneas rectas van a ser complicadas para nosotros. Pero, al contrario que Canadá, las curvas ofrecen perfiles diferentes y eso debería favorecernos”, añade.La carrera en el Circuito Paul Ricard, de 5.842 kilómetros de longitud, será de 53 vueltas.Caos de arranque La edición de 1989 tuvo un arranque dramático, cuando en la primera curva Mauricio Gugelmin, piloto de la escudería March, no pudo frenar en la primera curva, impactando y volcando contra todo a su paso. La carrera fue detenida y al reanudarse, varios pilotos usaron los coches de repuesto. Gugelmin incluso tuvo la vuelta rápida.Se le escapa de las manos En el regreso de la Fórmula Uno a Francia luego de 10 años de ausencia, Sebastian Vettel comenzó con su caída en la lucha por el campeonato cuando tuvo un contacto con Valtteri Bottas en el inicio de la carrera. El accidente provocó que el alemán terminara quinto y el finlandés sexto, tras arrancar segundo y tercero, respectivamente.
