Si algo sabe hacer bien la afición del Atlas es sufrir de más en los partidos en los que el panorama no luce tan claro para su equipo, y el de anoche frente al Puebla se unió a una larga lista de duelos en los que La Fiel tuvo que hacer de tripas corazón.Con el duelo en la tablita y sin avisos de que el equipo rojinegro pudiera sacar el triunfo, los seguidores de los Zorros comenzaron a desesperarse cuando las variantes no llegaban desde el banquillo comandado por Ángel Guillermo Hoyos.La desesperación hizo presa de La Fiel cuando sus jugadores se mostraban imprecisos y se recrudeció en el momento en el que el equipo no mostraba ambición por llevarse los tres puntos. Y cuando por fin el técnico argentino se decidió a hacer un cambio, pocos de los que ocupaban un lugar en el graderío se explicaban qué era lo que ocurría sobre el rectángulo verde. En la cancha, el Atlas no entregaba un espectáculo digno del apoyo que recibía desde la tribuna, situación más que típica para una afición que con los dedos de una mano puede contar alegrías en cada encuentro. Anoche, además del gol, lo que más celebró La Fiel fue la dinámica en la que se les invitaba a encender la linterna de su celular, la salida de Christian Tabó y el cambio de Alejandro Díaz por Darío Burbano.La Fiel, una vez más, bajó de las escaleras del Jalisco con una carga más en su ya de por sí pesada frustración.La afición respondeEn su tercer partido como local, la afición del Atlas respondió al momento de su equipo, al hacer una entrada superior a los 30 mil asistentes, sólo por detrás de la que hizo en la Jornada 2 ante el América.
