La voz del pueblo, es la voz de Dios. Cada que el zaguero Omar González se aproximaba siquiera a tocar el balón o a alguna jugada, aunque no fuera de peligro, fue castigado por La Fiel. El norteamericano ha sido factor en algunos goles en contra del Atlas y esto la afición no lo perdonó, ya que los abucheos, mentadas y gritos en su contra, abundaron desde su presentación antes de arrancar el duelo ante Tigres.Todos los rojinegros eran aplaudidos, uno a uno iban siendo nombrados y la fanaticada coreaba su apellido, incluido Juan Pablo Vigón, quien había sido duramente criticado en el arranque del Clausura 2019, pero sus buenas actuaciones y la convocatoria a Selección mexicana ayudaron a que eso cambiara por vítores. Sin embargo Omar González no corrió con la misma suerte y por ende, el propio jugador dejó de pedir el balón con mayor ahínco y era reservado en su participación. Y mientras en el rectángulo verde los jugadores luchaban por demostrar la superioridad, en las bancas, Guillermo Hoyos era un contraste con lo que hacía el "Tuca" Ferretti. El argentino era toda pasión, nervios e intensidad; el brasileño siempre calmado, pensativo, platicando con sus auxiliares y una que otra vez se levantaba al área técnica a dar instrucciones.En cuanto a la seguridad, la Policía de Guadalajara implementó un operativo de 400 elementos, con la finalidad de resguardar la integridad de los aficionados que se dieron cita en las gradas del Estadio Jalisco. Un buen número de ellos custodiaron a los grupos de animación del equipo visitante, que llegaron al inmueble poco después de las 19:30 horas y entre saltos, gritos y cánticos, ingresaron uno a uno a la zona alta del estadio, esto tras una exhaustiva revisión por parte de la seguridad privada.
