Desde el pasado 2 de mayo, el Museo del Periodismo y las Artes Gráficas (MUPAG), coloquialmente conocido como la “Casa de los Perros”, cuenta con una nueva encargada: la periodista y gestora cultural Alejandra Carrillo González.Con trayectoria en el periodismo cultural y la formación de públicos desde perspectivas de género y disidencia, Carrillo asume el cargo con una visión que apunta hacia la diversidad, la inclusión, el cuidado y el vínculo entre ciudadanía y cultura.Su llegada al MUPAG no representa, en sus palabras, un cambio radical de trinchera: “En realidad para mí no es un gran cambio en el sentido de que el periodismo me ha dado las herramientas justo para cuestionar, pero también para pensar en respuestas y soluciones para la gestión cultural de nuestra ciudad y del Estado”, comparte en entrevista con EL INFORMADOR.Para Carrillo, el periodismo ha sido el camino natural hacia la gestión cultural, una práctica que ha ejercido de forma paralela, y que ahora se integra en una nueva etapa desde la institucionalidad.El MUPAG que recibe, reconoce, es un espacio con una comunidad consolidada. Con más de 72 mil visitantes en 2024, se mantiene entre los museos más visitados de Guadalajara. De hecho, Carrillo lo define como “un museo con muchísimas oportunidades, con muchas áreas de crecimiento y con muchas otras comunidades que también quieren encontrar un espacio aquí”; por ello, su gestión buscará ampliar los públicos y generar vínculos duraderos, en los que el visitante no sólo acuda una vez, sino que regrese, se involucre y haga del museo un espacio de referencia personal y comunitaria.Uno de los ejes que marcarán su administración es la inclusión de nuevas narrativas y experiencias vitales dentro de las exposiciones: “Lo único que yo quiero hacer en ese sentido tiene que ver con incluir más experiencias de vida, no solamente mujeres, sino también personas racializadas, personas de la diversidad sexogenérica, personas de otros recorridos históricos e identitarios”. Carrillo subraya que su intención no es imponer una cuota, sino ampliar la mirada. “La inclusión no es una obligación, es un derecho”, enfatiza.Esta perspectiva está anclada en su experiencia como parte del equipo organizador del Encuentro Trama, una plataforma que durante tres años reunió a artistas mujeres y disidencias. Allí aprendió, afirma, que “no hay un trabajo indigno en la cultura”. Desde planchar ropa de las artistas hasta coordinar el escenario, Carrillo desarrolló una ética del cuidado y la horizontalidad que ahora desea trasladar al MUPAG. “Mi gestión tiene que ver con dignificar el trabajo de las personas, los trabajadores, los obreros de la cultura, que son muy importantes y para mí deben tener un lugar visible”.Su visión de la cultura no se limita a festivales y exposiciones, sino que se fundamenta en la creación de vínculos reales entre el museo y sus públicos. En este sentido, anticipa una programación enfocada en mantener el interés y fomentar la participación constante: “A mí no me interesa tanto que la gente venga una sola vez, sino que quiera regresar. Tener comunidades cautivas me parece muy importante”.Para lograrlo, se plantea reforzar las actividades semanales para niños, adolescentes y familias, aprovechando el atractivo histórico de la Casa de los Perros como puerta de entrada a experiencias estéticas e históricas más profundas. Uno de los proyectos más relevantes que ya se gestan bajo la administración de Carrillo es una exposición de astrofotografía de Alfonso Hernández, que abrirá la temporada de verano.Carrillo explica que esta muestra buscará hacer “un vínculo entre lo que pasa allá arriba, que parece tan ajeno a nosotros, y cómo nos puede dar claves para entender el presente aquí en la calle, aquí en la Tierra”.Además, en colaboración con la asociación Códice, se trabaja en una exposición que abordará el papel del periodismo en la reproducción de estereotipos sobre la diversidad sexogenérica en la historia de Guadalajara.A través de portadas, titulares y fotografías, se hará un recorrido por las representaciones discriminatorias en medios locales, con el objetivo de generar conciencia crítica sobre su impacto y también destacar las nuevas prácticas periodísticas que buscan revertir estos patrones.“Qué importante que el museo del periodismo sea también defensor de la libertad que tienen las personas y los ciudadanos para informarse, de tener fuentes fidedignas, de saber dónde buscar”, enfatiza. Para Alejandra Carrillo, el MUPAG debe ser un espacio de diálogo entre los periodistas actuales y la ciudadanía, donde se visibilicen las condiciones en que se ejerce el oficio y se promueva una educación crítica sobre los medios.En consonancia con esta visión, resalta el proyecto más amplio de Cultura Guadalajara, encabezado por José Aceves, jefe de la Unidad de Museos, Exposiciones y Galerías: “Ahora, los perfiles que están al frente de los museos son diversos. Para empezar, somos mayoría mujeres, somos mayoría mujeres jóvenes”, explica.En su caso, ese paralelismo es cercano: “El MUPAG y yo tenemos la misma edad. Este sitio abrió como museo en 1994, año en que yo nací. Los dos tenemos 30 años y de alguna manera esa visión sí cambia las cosas”.La inclusión, para Carrillo, no es sólo temática o simbólica pues también debe permear las estructuras laborales y los métodos de organización: “Tenemos que encontrar otras maneras de ser. Los mecanismos patriarcales y machistas de la cultura no sólo funcionan en a quién eliges, sino también en cómo son estas estructuras de trabajo”.Inspirada por experiencias como Trama, se propone fomentar un modelo de gestión que parta del cuidado y la escucha, y no de la explotación o el agotamiento. CT