La premisa de "Mis labios recuerdan", la primera novela de David Herrera publicada bajo el sello de Editorial Planeta, parte de una situación aparentemente sencilla: Tadeo, un estudiante que quiere mejorar en álgebra para impresionar a Sandra, termina siendo tutorado por Sebastián, un compañero con quien compartió un beso durante un juego en una fiesta. Sin esperarlo, esa cercanía revive emociones que lo obligan a replantear no solo sus prioridades, sino también su identidad. A medida que los encuentros se hacen constantes, Tadeo descubre que lo que realmente desea no es lo que había planeado.Este viaje emocional en la adolescencia, lleno de dudas, miedos y autodescubrimiento, es el eje de la novela escrita por David Herrera, autor originario de Santiago, Nuevo León, México. Con estudios en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Nuevo León, Herrera no solo se ha dedicado a la escritura, sino también a impulsar la visibilidad de obras literarias como gestor de campañas publicitarias. Antes de esta publicación con una editorial, ya había autopublicado El niño con cuernos (2021) y Lo que construimos (2022).Sobre el origen de su nueva novela, David comparte en entrevista con EL INFORMADOR."Lo que me inspiró a escribir esta historia fue la necesidad de hacer una novela para mi yo adolescente, un libro que más que enseñarme algo o que me dijera si estaba bien o mal, me hiciera sentir acompañado. A partir de esa necesidad fue que la historia de los personajes empezó a tener forma".Aunque tenía claro el inicio y el final del relato, el trayecto narrativo representó un reto significativo, tanto técnico como emocional. "La verdad, fue muy complicado porque, aparte del hecho de que constantemente uno tiene estos miedos, inseguridades respecto a si lo que estás haciendo está bien o es merecedor de ser leído —el síndrome del impostor como le llaman—, también era un proceso de estar constantemente pensando introspectivamente. Es un proceso que resulta muy emocionante porque, aunque todo está pensado para que suceda, siempre hay cosas que aparecen casi como si de la nada, y es inexplicable. Poco a poco le vas dando forma a las historias que uno va creando"."Mis labios recuerdan" se inscribe dentro de la literatura juvenil, un género que, según el autor, aún tiene una deuda pendiente con sus lectores más jóvenes. Para Herrera, no se trata solo de contar historias, sino de ofrecer compañía emocional a quienes transitan etapas vitales complejas, como la adolescencia."Tenía la necesidad de que a mí me hubiera gustado leer en la adolescencia y creo que hay muy pocos libros que yo haya leído que hayan cumplido esa función: hacerme sentir comprendido, hacerme sentir apapachado. Entonces, simplemente fue esta necesidad la que me brindó eso".En la historia de Tadeo, la representación y la empatía son elementos esenciales. El autor no pretende ofrecer respuestas, sino espejos."Siento que más que representado, se sientan entendidos", explica. "Creo que hay muchas personas que les gustaría sentirse que no están solos, que son cosas que pasan, que son experiencias que de alguna manera se viven. Si bien el libro es muy dulce respecto a las formas en las que trata las situaciones, las emociones, las dudas, los miedos son cosas por las que pasamos todas las personas que estamos buscando identidad".Herrera aún no tiene una perspectiva completa del impacto del libro entre sus lectores. Sin embargo, lo que ha alcanzado a percibir lo llena de satisfacción."Aún no tengo una noción completa de todo lo que está pasando con el libro porque tengo que esperar a que me pasen más información, pero lo que he visto y lo que he escuchado, la verdad es que estoy muy contento. Siento que las personas están entendiendo muy bien las intenciones que tuve para con el libro”.Sobre sus planes futuros, David revela que se encuentra trabajando en dos caminos simultáneos: uno enfocado en la poesía y otro en una nueva novela. "Me gusta mucho la poesía, de hecho he publicado algo en el pasado", comenta. "También estoy tratando de trabajar una nueva novela, entonces esperemos en uno o dos años poder tenerla disponible a la venta".Para Herrera, escribir es también una forma de construcción del mundo interior, un proceso que no siempre tiene estructuras rígidas desde el inicio. "Cuando ya tiene uno el proyecto definido, pues hay que agarrarlo, no hay que soltarlo tan fácil", dice. "Pero en este proceso de estar pensando, la verdad es que sí es muy ambiguo definir géneros, intenciones, propósitos, porque justo es construir todo un mundo a partir de un proyecto".MF