En medio del caos cotidiano de una ciudad que no se detiene, “Nuria” enfrenta un día que podría cambiarlo todo. Desempleada, sin dinero para pagar la renta y luchando por no encender un cigarro, la protagonista de “No, gracias, ya no fumo” nos conduce por un viaje de 24 horas donde el absurdo, la frustración y la necesidad de pedir ayuda confluyen con dolorosa honestidad. Así arranca la ópera prima del director tapatío Diego Toussaint, que forma parte de la competencia oficial en la sección Hecho en Jalisco del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), en su edición número 40.Protagonizada por Esmeralda Soto, y con las actuaciones de Ximena Ayala, Juan Daniel García Treviño, Alexia Alexander, Daniela Salinas, Estefanía Inti, Saúl Sánchez, Imelda Sánchez y Esteban de la Isla, la película retrata con agudeza a una generación que se resiste a aceptar que pedir ayuda no es sinónimo de fracaso.En su trayecto, “Nuria” se encuentra con un desfile de personajes pintorescos —artistas egocéntricos, familiares entrometidos, mirreyes y amigos de antaño— mientras intenta superar una adicción que representa mucho más que una simple dependencia física: su cigarro.Para su director, el filme no nació como un drama sobre la necesidad afectiva, ni mucho menos como una parábola sobre el crecimiento emocional. “La historia se gestó de dos maneras”, explicó Diego Toussaint en entrevista con EL INFORMADOR.“Al principio se trataba de una persona que despiden, que no tiene nada que hacer y se va de mundo en mundo. No me importaba mucho la parte interna del personaje. Era un vehículo”. Pero la vida del propio Toussaint —como la de muchos jóvenes durante la pandemia— también tuvo sus sacudidas. “Yo era independiente, llegó la pandemia, pasaron cosas y regresé con mi papá. Aún recuerdo cuando le marqué, estaba destruido porque yo creí que ya estaba completamente independizado… pero algo bueno pasó, pues encontré el final de la película. Encontré de qué se trata”.En poco tiempo escribió lo que él mismo llama su “borrador de vómito”. “No podía descansar sin vaciar eso. Traté de dormirme y no podía, hasta que terminé por completo el primer borrador”, relató.Ese impulso visceral, sumado a años de trabajo, postproducción y la paciencia que exige el cine independiente, culmina ahora en una cinta que no teme mostrar la fragilidad emocional de sus personajes. En ese sentido, el cigarro que “Nuria” intenta evitar durante toda la película funciona como un símbolo sutil pero contundente.“Creo que es una metáfora de pedir ayuda”, reflexionó el director. “Cuando estás valiendo madres, siempre tienes una cosa que haces bien, una sola, y necesitas quitarle eso para que empiece a pedir ayuda”. Incluso reveló que una de las escenas clave —en la que se le entrega una cigarrera al personaje— no estaba escrita originalmente en el guion. “Esa escena se tuvo que hacer varias veces, con ensayos. Lo que yo escribía no funcionaba. Hay cosas que como escritor simplemente no puedes hacer bien, y una pelea de madre e hija no se puede escribir si no hay una madre y una hija enfrentándose. Solo así se puede encontrar”.Para Alexia Alexander, actriz que da vida a “Tina”, uno de los personajes secundarios más relevantes del relato, el guion la sedujo desde mucho antes de obtener el papel. “Me gustaba mucho la interacción entre los personajes”, recordó. “El personaje protagónico era muy interesante de explorar, muy divertido. Creo que la historia justo era diferente a las que siempre se ven, y eso me encantó”.“Tina” es el tipo de persona que cree tener todo resuelto antes de los 30, con una ligera superioridad moral que, según Alexander, le resultó reconocible. “Yo también he tenido esa sensación de que ya entendí la vida y que estoy haciendo todo bien. Pero después te das cuenta de que no es así. Y aunque tengas más de 30, sigues sin entender nada. Creo que la peli habla justo de eso, de hacer las paces con que nunca lo vas a tener resuelto”.Esa honestidad sin adornos, esa incertidumbre constante que caracteriza la adultez joven, es uno de los ejes más potentes de No, gracias, ya no fumo. El retrato de una generación atrapada entre la autosuficiencia aparente y la necesidad latente de apoyo se ve reforzado por un guion que no teme incomodar.Toussaint, quien ya había sido parte del FICG en 2022 dirigiendo el cineminuto oficial, y cuyo cortometraje “Onán” obtuvo el segundo lugar en el concurso Haz un Corto al Estilo Jalisco en 2023, da un paso firme hacia el largometraje, aunque reconoce que aún está nervioso por la recepción del público.“Claro que da muchos nervios”, admite. “El cine toma años. No es lo mismo verla en corrección de color y decir ‘ya quedó, está chida’, a verla con público. Al final del día, el arte no es del autor, es de quien la ve”.Viernes 13 de junio – Cinépolis Midtown – 18:40 horas.Sábado 14 de junio – Cineforo – 12:50 horasYC