Mónica Camacho respira: en sus palabras hay tristeza, pero también alivio. Y lo dice con claridad: llegó la hora de cerrar Casa Inverso, el espacio de trabajo y foro público que por más de 10 años mantuvo abierto el grupo tapatío Inverso Teatro.La casa de Santa Mónica y Reforma alojó desde 2007 a los integrantes de este grupo impulsor de la investigación y la experimentación con técnicas contemporáneas, famoso por sus aportaciones a la renovación de la escena local y por su constante búsqueda de artistas internacionales que trajeran espectáculos o actividades de formación.Pero, en estos 10 años, el grupo cambió mucho. Y llegó el momento de la decisión definitiva. Va tan en serio, que los habitantes actuales celebrarán un pequeño convivio para amigos la noche de este viernes 26 de enero, para decir adiós.Mónica Camacho es desde 2010 una de las integrantes de Inverso Teatro más cercanas a la administración de la antigua finca del Centro de Guadalajara. Recibió su copia de las llaves en 2011 y a ella le tocará entregar las originales a la dueña de la casa, que se mostró tan sorprendida de la noticia como los teatreros locales que han ido enterándose.¿Por qué cerrar? La explicación es sencilla: cada miembro activo de Inverso tiene más proyectos que atender y el grupo actual decidió dedicar su tiempo a aquellos.“La casa tiene 10 años de resistencia”, dice Mónica Camacho al resumir la decisión.“Cada año hacíamos asamblea y preguntábamos: ¿seguimos con la casa o no? Y en los últimos tres años el grupo tuvo un cambio de estructura, ya cada uno va desarrollando proyectos en distintas vertientes”.A eso se sumaron las demandas económicas para darle mantenimiento constante a la finca. Y, con los años, aunque persistió el interés por mantenerla abierta a favor del grupo y de la comunidad teatrera, el cansancio pasó su factura.“De pronto nos planteamos: estamos más conflictuados por sacar renta que por crear (…) Me ha tocado oír: es que el gobierno no apoya, es que el público no va al teatro, es que acá atrás están construyendo... Podemos encontrar mil justificaciones, (…) este espacio puede seguir eternamente, pero ya no somos las personas que pueden mantener la casa. Y nos llegó el momento”.