El pasado sábado, la directora de Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla, anunció que Boris Berenzon Gorn, profesor destituido de la UNAM por plagiar su tesis doctoral en Historia, y acusado, con pruebas, de plagiar la tesis de maestría, se incorporaba a su equipo. Desde hace meses se le había visto colaborar con Conacyt.“Es un gusto contar con el apoyo del Dr. Boris Berenzon Gorn en esta lucha contra la ciencia neo-liberal. Bienvenido al equipo de trabajo del Conacyt”, escribió la funcionaria en su cuenta de Twitter, aunque minutos después eliminó el tweet.Se tiene registrado que, al menos, desde el 30 de mayo de este año, durante una presentación de libro que Álvarez-Buylla tuvo en la Academia Nacional de Medicina, Berenzon Gorn ha colaborado como parte del staff de la directora. También, el 6 de agosto durante la presentación del Año Académico de la Academia Mexicana de Ciencias se observó a Berenzon participar con el equipo de Comunicación de Conacyt, a cargo de Cristina Pouliot.En abril de 2013, el investigador Juan Manuel Aurrecoechea denunció ante el Sistema Nacional de Investigadores y la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM a Berenzon Gorn, por haber plagiado al menos 18 párrafos de su libro “Puros Cuentos”.Cuatro meses después de que la denuncia se hiciera pública y de que se publicarán testimonios y pruebas sobre las faltas que incurrió Berenzon, el consejo técnico de la FFyL determinó destituir al profesor por cometer “grave deficiencia en las labores docentes o de investigación, objetivamente comprobada”.El caso de Boris Berenzon estableció un precedente histórico en la Máxima Casa de Estudios, al ser el primer académico expulsado por plagio. Se documentó que en 2001, Berenzon obtuvo mención honorífica por sus tesis de doctorado “El discurso del humor en los gobiernos revolucionarios”. Nueve años después publicó una versión editada que tituló “Retratos de la Revuelta: el discurso del humor en los gobiernos evolucionarios”, en este libro Juan Manuel Aurrecoechea encontró párrafos casi idénticos a los que escribió en “Puros cuentos. La historia de la historieta en México 1847-1934” publicado en 1988, en coautoría con Armando Bartra.“No se trata de un párrafo que no haya sido debidamente citado por algún descuido editorial, 18 párrafos en distintas partes del libro suponen otra cosa. Ya que el doctor es una persona con un currículum, con una serie de cargos, que es miembro del SNI, me pareció importante denunciar lo que había hecho”, explicó en su momento el investigador Juan Manuel Aurrecoechea.En la resolución final a la que llegó el consejo técnico de la FFyL acordó que “no citar fuentes de manera correcta” no podía considerarse como “un mero error metodológico”, sino que constituía una falta grave que “socava un ejercicio disciplinario que debe estar basado en la transparencia”.
