Vive un verano inolvidable en el Zoológico Guadalajara
Dentro de la ciudad existe un lugar ideal para conectar con la naturaleza, los animales y respirar aire fresco
Un verano entre animales, educación, diversión y conciencia. Ubicado al norte de la ciudad de Guadalajara, el Zoológico Guadalajara es uno de los espacios naturales y recreativos más importantes de Jalisco. Desde su inauguración en marzo de 1988, se ha consolidado como un centro de conservación, educación ambiental y diversión familiar. Su localización estratégica, justo a unos pasos de la Barranca de Huentitán y sus precipicios de mezquites, permite que los visitantes disfruten no solo de los animales, sino también de una vista espectacular y un ambiente natural que enriquece la experiencia.
El zoológico ocupa más de 50 hectáreas, donde habitan más de 2 mil animales pertenecientes a más de 350 especies, entre aves, reptiles, mamíferos y fauna marina. A lo largo de los años, el lugar se ha renovado y expandido para ofrecer experiencias inmersivas y educativas que encantan tanto a niños como a adultos, lo que permite que toda la familia disfrute de actividades como el tren panorámico, estaciones de juegos y zonas interactivas, donde pueden acercarse a los animales. Existen áreas donde es posible tocar, alimentar o cepillar especies como cabras, capibaras o jirafas, bajo la supervisión de personal capacitado.
La historia del Zoológico de Guadalajara comienza en la década de 1980: crear un espacio en la ciudad donde la fauna del mundo pudiera convivir en armonía con la naturaleza y, al mismo tiempo, convertirse en un centro educativo y recreativo para las familias tapatías. En ese entonces, Guadalajara no contaba con un zoológico de gran escala. Existían algunos pequeños parques con animales, pero nada comparable con las grandes instalaciones internacionales dedicadas a la conservación y exhibición responsable de especies.
La idea de construir un zoológico moderno fue impulsada por autoridades locales y empresarios con conciencia ambiental, quienes identificaron en la Barranca de Huentitán un sitio ideal. Esta enorme formación geológica al norte de la ciudad ofrecía un entorno natural privilegiado, con microclimas, vegetación exuberante y paisajes que facilitaban la creación de hábitats semiabiertos y realistas para diferentes tipos de animales. Era el lugar perfecto para integrar naturaleza, paisaje y vida silvestre.
Después de años de planeación, diseño e inversión, el Zoológico Guadalajara fue inaugurado el 11 de marzo de 1988. En el evento participaron el entonces presidente de México, Miguel de la Madrid Hurtado, y el gobernador de Jalisco, Enrique Álvarez del Castillo. La apertura representó un hito para la ciudad y para el país, ya que el zoológico nació con estándares de exhibición, bienestar animal y diseño paisajístico que, en ese momento, eran pioneros en América Latina.
Durante las vacaciones, el zoológico organiza cursos infantiles, talleres educativos y actividades especiales pensadas para que los niños aprendan sobre conservación de forma divertida. Además, el parque cuenta con una zona inflable temática llamada “Canguro Polis”, con enormes brincolines, obstáculos y toboganes. Otra actividad muy llamativa para los niños es el “Rancho veterinario”, donde pueden observar procedimientos médicos reales a través de cristales, simulando la experiencia de ser veterinarios por un día. También hay espacios educativos, como museos interactivos y salas de ciencia, que enseñan sobre biología, ecología y el cuidado del medio ambiente.
El zoológico cuenta con distintas áreas que simulan hábitats reales de animales de diversas regiones del mundo. Una de las más impactantes es el Safari “Masai Mara”, donde los visitantes abordan un camión adaptado para recorrer una zona que emula la sabana africana. En este recorrido se pueden observar jirafas, cebras y rinocerontes mientras un guía caracterizado como miembro de la tribu masái explica datos curiosos sobre cada especie.
Otra área muy atractiva es la de “Los secretos de la selva tropical”, donde viven animales como tapires, chimpancés, orangutanes y casuarios, en un entorno que recrea las condiciones climáticas y vegetación de una selva húmeda. También está la “Villa Australiana”, hogar de canguros rojos y otras especies típicas de Oceanía. Para los amantes de los primates, el área de “Monkeyland” alberga diversas especies de monos, entre ellos lémures y gorilas. Pero una de las joyas es el acuario, en cuyo interior se recrean diversos ecosistemas marinos y de agua dulce, y que permite adentrarse en los misterios del mar en una ciudad que, como la nuestra, no tiene costa. Los visitantes pueden observar medusas, mantarrayas, peces tropicales, tiburones y manatíes nadando en tanques con iluminación especial. El herpetario, uno de los espacios más fascinantes, alberga una colección de serpientes, lagartos y escorpiones.
Inaugurado en 2013, el “Sky Zoo” ofrece una experiencia panorámica como ninguna, a bordo de un teleférico que recorre buena parte del parque a una altura considerable, permitiendo vistas de la Barranca de Huentitán, los paisajes del zoológico y la ciudad de Guadalajara. Durante el verano, este paseo se vuelve aún más espectacular, ya que la vegetación se encuentra en su punto más verde y denso, gracias a las lluvias de la temporada.
En contraste con el calor del verano, la zona Antártida del zoológico es un oasis helado donde habitan pingüinos. Esta área está climatizada para simular el hábitat natural de estas aves, incluyendo nieve artificial, rocas y estanques. Además, cuenta con pantallas interactivas y estaciones educativas que explican el impacto del cambio climático en los polos y cómo se pueden proteger estos ecosistemas desde casa.
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CT