Donald Trump, de magnate sin experiencia política a la presidencia de EU
Contra todos los pronósticos, en noviembre de 2016 derrotó a la candidata demócrata Hillary Clinton; durante este segundo mandato ha redoblado sus posturas de campaña en distintos rubros
De ser una figura mediática y uno de los empresarios inmobiliarios más reconocidos de Estados Unidos a competir (sin experiencia política) por la presidencia de su país y ganar en 2016, el nombre de Donald Trump ha ocupado, desde la segunda mitad del siglo XX, un lugar prominente en la agenda pública no solo estadounidense, sino también mundial. Desde su osada afirmación en una entrevista en 1999, en la que aseguró que solo se postularía a la presidencia con la firme convicción de que ganaría, hasta finalmente anunciar su postulación en 2015 y derrotar a Hillary Clinton, el “Chico Dorado” de la industria inmobiliaria de Nueva York representó una disrupción en la política de Estados Unidos.
Donald Trump nació en el barrio de Queens, en la ciudad de Nueva York, en 1946. Heredó de su padre, Fred Trump, el negocio familiar, pero desde muy joven mostró ambición y deseo de llegar hasta la cima, pues si bien la empresa ya era conocida, aún era modesta y no figuraba entre los nombres de los principales desarrolladores inmobiliarios de la ciudad. En 1968 se graduó en Economía de la Escuela de Negocios de Wharton, de la Universidad de Pensilvania.
Cerca de 10 años después, en 1976, llegó su primer gran proyecto, con el cual saltó a la fama y se apoderó del mercado inmobiliario de la ciudad: se asoció con la corporación Hyatt para construir el Grand Hyatt Hotel, uno de los edificios más característicos de Nueva York. Este hotel de lujo de mil 400 habitaciones y una inmensa fachada de cristal fue el punto de partida.
Entre 1983 y 1990 vivió sus años de mayor bonanza como desarrollador inmobiliario, pues adquirió múltiples propiedades, entre las que destacan dos características de su imperio: el mítico Hotel Plaza y Trump Tower. También compró Mar-a-Lago en Florida, la “Casa Blanca de invierno”, según refirió el mismo Trump, y la cual fue cateada en 2023 por el FBI luego de acusar al magnate de manejo indebido de documentos clasificados y de violación de la ley de espionaje.
Pero para la década de los 90, la situación financiera del empresario cambió radicalmente, pues adeudaba cuatro mil millones de dólares a sus banqueros. Por ello se desprendió de empresas, como el Hotel Plaza y los casinos Trump Castle y Trump Taj Mahal. No obstante, siempre negó atravesar complicaciones con sus otras empresas y en todo momento se mostró como un empresario exitoso. En 1996 adquirió los derechos de Miss Universo, Miss USA y Miss Teen USA, que le brindaron una gran plataforma para llegar al grueso de la sociedad estadounidense.
En 2015 presentó su postulación a la presidencia de Estados Unidos desde la Trump Tower, en un discurso en el que hizo comentarios racistas contra inmigrantes mexicanos. Además, recuperó el eslogan “Make America Great Again” de la campaña presidencial de Ronald Reagan de 1980, con el cual prometió que volvería a hacer que la economía estadounidense creciera al ritmo de años anteriores.
En noviembre de 2016 derrotó a la candidata demócrata HillaryClinton, pese a que los pronósticos auguraban una derrota para el magnate neoyorquino, con lo que se convirtió en el primer presidente en la historia de Estados Unidos sin haber ocupado un cargo de elección popular, un alto cargo gubernamental o haber formado parte de las fuerzas armadas.
Para las elecciones de 2024, en el primer debate arrasó con el demócrata Joe Biden, lo que obligó a este partido a ungir a Kamala Harris como candidata. Su popularidad creció significativamente cuando en un mitin de campaña en Pensilvania, el 13 de julio de ese mismo año, Trump fue herido de bala. La imagen del magnate alzando el puño, con un hilo de sangre que escurría por su rostro, dio la vuelta al mundo.
Al final, quien fuera la vicepresidenta durante el periodo de Biden no pudo derrotar a un magnate empoderado que llegó por segunda ocasión a la Oficina Oval con nuevos aires antimigrantes, una dura postura con México, una guerra declarada contra los cárteles del narcotráfico y un ataque directo contra la influencia comercial de China. En su segundo periodo, ha redoblado sus posturas de campaña, para gusto de su base electoral.
Un político que despierta la polarización
En 2020, Trump buscó la reelección, pero fue derrotado por el demócrata Joe Biden. No reconoció los resultados del Colegio Electoral y el 6 de enero de 2021 pronunció un discurso en los alrededores de la Casa Blanca incitando a sus partidarios a protestar frente al Capitolio, donde los congresistas se alistaban para oficializar la victoria de Biden. Sus seguidores se enfrentaron a la policía e irrumpieron en el edificio, buscando sabotear la sesión y agredir a Mike Pence, entonces vicepresidente, por no haber impedido que los congresistas reconocieran la victoria demócrata, según Trump.
Las fotografías de los asaltantes del Capitolio dieron la vuelta al mundo: algunos entraron a la oficina de la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi; otros invadieron el recinto y el estrado del Senado, y unos más entraban por las ventanas tras romper los cristales. Más de una hora después la policía logró retirar a los agitadores del Senado y llevarlos a la Gran Rotonda del Capitolio. El saldo del asalto fue de cinco personas muertas, una de ellas policía.
Tras este hecho, Trump fue acusado de incitar a la violencia y de poner en riesgo la democracia estadounidense. Incluso fue señalado de interferir en las elecciones de 2020, pero el juicio aún continúa pendiente. Pese a los hechos, en 2024 volvió a ganar la candidatura a la presidencia por el Partido Republicano, sin que nadie pudiera hacerle frente. Su popularidad y su arraigo entre el electorado más conservador lo convertían en un perfil que no podía ser rechazado, pese a ser el primer presidente en ser condenado penalmente por el sistema judicial de su país.