Brasil e India sellan frente común tras los aranceles impuestos por EU
En India crece la presión política y empresarial para responder con represalias ante el panorama actual
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el primer ministro de India, Narendra Modi, acordaron “defender el multilateralismo” en respuesta a los recientes aranceles impuestos por Estados Unidos, que se encuentran entre los más altos del mundo y afectan directamente a sus economías. La presidencia brasileña informó que ambos líderes mantuvieron una conversación telefónica de casi una hora en la que reafirmaron “la importancia de defender el multilateralismo y la necesidad de enfrentar los desafíos de la coyuntura”.
Brasil e India, socios fundadores del bloque BRICS -integrado por Brasil, Rusia, India y China-, figuran entre los países más perjudicados por la política arancelaria impulsada por el presidente estadounidense, Donald Trump. Desde el pasado 6 de agosto, parte de las importaciones brasileñas hacia Estados Unidos están sujetas a un gravamen adicional del 50 por ciento.
En el caso de India, Washington aplicó esta semana un arancel del 25%, al que se sumará otro 25% en un plazo de 21 días. La medida responde, según la Casa Blanca, a la compra de petróleo ruso por parte de Nueva Delhi, un aspecto que se ha convertido en eje de fricción bilateral.
Durante la llamada, Lula confirmó que realizará una visita de Estado a India a comienzos del próximo año. Como preparación, ambos líderes acordaron que el vicepresidente brasileño, Geraldo Alckmin, encabece una delegación que participará en la reunión del Mecanismo de Monitoreo del Comercio entre ambos países. Esta comitiva incluirá a ministros y empresarios, con el objetivo de fortalecer la cooperación en áreas como comercio, defensa, energía, minerales críticos, salud e inclusión digital.
En materia comercial, Lula y Modi fijaron como meta elevar el intercambio bilateral a más de 20 mil millones de dólares para 2030. Para lograrlo, coincidieron en ampliar la cobertura del acuerdo vigente entre el Mercosur e India, alcanzado durante la visita oficial de Modi a Brasil el pasado 8 de julio, al término de la cumbre de los BRICS celebrada en Río de Janeiro.
El comercio entre ambas naciones sumó en 2024 un total de 12 mil millones de dólares, con una balanza relativamente equilibrada, aunque con ligera ventaja para India. Las exportaciones indias a Brasil alcanzaron los 6 mil 800 millones de dólares el año pasado.
Presión política en India para responder a Washington
En Nueva Delhi, el anuncio de los nuevos aranceles ha detonado una fuerte presión política y social sobre el Gobierno de Narendra Modi. Diversas fuerzas opositoras y sectores económicos han exigido medidas de represalia contra Estados Unidos, calificando el gravamen del 50% como un “chantaje económico” y un golpe directo a la soberanía nacional.
El Partido del Congreso, principal formación opositora, alzó la voz con contundencia. Su presidente, Mallikarjun Kharge, definió la situación como un “desastre de política exterior” y acusó al Ejecutivo de carecer de una estrategia clara. “El interés nacional de la India es supremo. Los aranceles del 50% de Trump llegan en un momento en que nuestra propia diplomacia está vacilando desastrosamente. ¡Su gobierno no tiene ni idea de cómo lidiar con esto!”, criticó.
Fuentes diplomáticas y empresariales interpretan la escalada arancelaria como un intento de presión directa de Washington para reactivar el Acuerdo Comercial Bilateral (BTA), bloqueado desde hace años. Entre los puntos más conflictivos figuran las llamadas “líneas rojas” de India, especialmente su negativa a otorgar acceso masivo a su mercado de productos agrícolas, lácteos y transgénicos estadounidenses, con el fin de proteger a millones de pequeños agricultores.
Ante el escenario, el Ministerio de Asuntos Exteriores de India emitió un comunicado calificando las tarifas de “injustas, injustificadas e irrazonables”. Argumentó que la importación de crudo ruso es una decisión soberana, motivada por la necesidad de garantizar la “seguridad energética de mil 400 millones de habitantes”.
Narendra Modi, por su parte, evitó confrontar directamente a Estados Unidos, pero defendió con firmeza la protección al sector primario. Su oficina acuñó el lema “Campesinos primero”, en alusión a la prioridad que otorga a agricultores y productores, un mensaje que contrasta con el eslogan “America First” del presidente Trump.
Con el telón de fondo de la próxima visita de Lula a India y la intensificación de los contactos bilaterales, las dos naciones parecen dispuestas a consolidar un frente común no solo en defensa de sus economías, sino también en la promoción de un orden comercial internacional basado en reglas y no en presiones.
Agencias
Impacto y reacciones del sector empresarial
La medida de Washington ha generado un viraje en el tono del sector privado indio. Si a mediados de semana algunos líderes empresariales, como el industrial Anand Mahindra, llamaban a ver la crisis como un “Momento de 1991” -en referencia a la apertura económica del país-, la entrada en vigor del arancel de ayer ha encendido las alarmas.
La Federación de Organizaciones de Exportación (FIEO) calificó el gravamen como un “grave revés” que afecta al 55% de los envíos a Estados Unidos, con una desventaja competitiva estimada entre el 30 y el 35%. La Cámara de Comercio e Industria (CTI) envió una carta a Modi solicitando aplicar aranceles de represalia.
El sector de la joyería, uno de los más golpeados, describió la jornada como un “día del juicio final” y anticipó planes para desviar producción a través de terceros países, con el fin de eludir los sobrecostos.
CT