Deportes
El Castelao fue más Tricolor que brasilero
A pesar de ser menos, los mexicanos se hicieron sentir
FORTALEZA, BRASIL (18/JUN/2014).- La marea tricolor se levantó eufórica entre el río verdeamarela que inundó las tribunas y alrededores de la Arena Castelao.
Antes del duelo entre brasileños y mexicanos, en las calles aledañas el mariachi y la banda en vivo, además del “Cielito lindo” a capella, llenaban el ambiente.
Decenas de personas caracterizadas, unas como personajes de Chespirito y otras como danzantes prehispánicos, todos sonrientes seguidores del Tri fueron solicitados para fotos por propios y extraños.
Ya haciendo fila para ingresar, los duelos de porras entre tricolores y verdeamarelas iban subiendo de tono e intensidades. Al “Brasil va a probar el chile nacional”, respondían los brasileños orgullosamente con “¡Penta Campeão!” alzando la mano y mostrando los cinco dedos de la mano.
La ceremonia de los himnos nacionales fue espectacular. Cantarlo fuera de tu país rodeado de enardecidos compatriotas provoca inevitablemente que se ponga la piel chinita. Pero lo que hacen los brasileños es memorable cuando se apaga el audio del estadio y permanece el público con aún mayor volumen.
Pero por alguna falla en la educación mexicana, se confunde el apoyar a tu equipo con insultar al rival. Hasta antes del primer despeje del portero local, los brasileños no se metían con los mexicanos, pero aprendieron rápidamente ese popular grito y se lo regresaron a Ochoa, causando una doble indignación entre el público del Tri, que intensificó los insultos incluyendo a las madres de los rivales.
Queda claro que las matemáticas varían para los mexicanos, pues a pesar de ser por lo menos cinco brasileños por cada tricolor, el “Y ya lo ves, y lo ves somos locales otra vez”.
Los primeros 15 minutos del segundo tiempo subieron el ánimo del público mexicano, cuando el “¡Sí se puede!, ¡Sí se puede!” se mezcló con las llegadas del Tri.
Para entender el nivel de euforia desaforada de la afición en el Castelão, hay que señalar que durante el segundo tiempo se acabó toda la comida que estaba en venta, y antes de que terminara el partido, el alcohol y las cervezas también se habían agotado.
Con el silbatazo final se desató aún más el público tricolor, que festejó como un triunfo el empate. “¡¿Y dónde están, y dónde están, los brasileños que nos iban a ganar?!”, gritaban los mexicanos en camino a los festejos en el Fan Fest.
El Tri está más vivo que nunca, y la afición mexicana más exaltada que nunca. Fortaleza es tricolor.
Arturo Pacheco/ Enviado
EL DATO
Mexicanos varados
Cientos de aficionados mexicanos, una cifra cercana a los 800, permanecen en el aeropuerto Pinto Martins de Fortaleza pendientes desde hace horas de que parta su vuelo.
Antes del duelo entre brasileños y mexicanos, en las calles aledañas el mariachi y la banda en vivo, además del “Cielito lindo” a capella, llenaban el ambiente.
Decenas de personas caracterizadas, unas como personajes de Chespirito y otras como danzantes prehispánicos, todos sonrientes seguidores del Tri fueron solicitados para fotos por propios y extraños.
Ya haciendo fila para ingresar, los duelos de porras entre tricolores y verdeamarelas iban subiendo de tono e intensidades. Al “Brasil va a probar el chile nacional”, respondían los brasileños orgullosamente con “¡Penta Campeão!” alzando la mano y mostrando los cinco dedos de la mano.
La ceremonia de los himnos nacionales fue espectacular. Cantarlo fuera de tu país rodeado de enardecidos compatriotas provoca inevitablemente que se ponga la piel chinita. Pero lo que hacen los brasileños es memorable cuando se apaga el audio del estadio y permanece el público con aún mayor volumen.
Pero por alguna falla en la educación mexicana, se confunde el apoyar a tu equipo con insultar al rival. Hasta antes del primer despeje del portero local, los brasileños no se metían con los mexicanos, pero aprendieron rápidamente ese popular grito y se lo regresaron a Ochoa, causando una doble indignación entre el público del Tri, que intensificó los insultos incluyendo a las madres de los rivales.
Queda claro que las matemáticas varían para los mexicanos, pues a pesar de ser por lo menos cinco brasileños por cada tricolor, el “Y ya lo ves, y lo ves somos locales otra vez”.
Los primeros 15 minutos del segundo tiempo subieron el ánimo del público mexicano, cuando el “¡Sí se puede!, ¡Sí se puede!” se mezcló con las llegadas del Tri.
Para entender el nivel de euforia desaforada de la afición en el Castelão, hay que señalar que durante el segundo tiempo se acabó toda la comida que estaba en venta, y antes de que terminara el partido, el alcohol y las cervezas también se habían agotado.
Con el silbatazo final se desató aún más el público tricolor, que festejó como un triunfo el empate. “¡¿Y dónde están, y dónde están, los brasileños que nos iban a ganar?!”, gritaban los mexicanos en camino a los festejos en el Fan Fest.
El Tri está más vivo que nunca, y la afición mexicana más exaltada que nunca. Fortaleza es tricolor.
Arturo Pacheco/ Enviado
EL DATO
Mexicanos varados
Cientos de aficionados mexicanos, una cifra cercana a los 800, permanecen en el aeropuerto Pinto Martins de Fortaleza pendientes desde hace horas de que parta su vuelo.