Un doodle heliocéntrico que, sin embargo, se mueve

GUADALAJARA, JALISCO (19/FEB/2013).- Hoy, el logotiopo de Google nos traslada a un momento histórico, en el cual la ciencia afirmó su validez en el lugar que le corresponde del saber humano, espacio compartido con otros valores y otros lineamientos, como la religión e incluso la magia. Aquel momento en que Nicolás Copérnico, basado en la matemática, la observación y la razón, planteó una teoría que posteriormente se demostraría cierta, frente a un conocimiento tradicional basado en únicamente interpretaciones humanas de un legado ancestral de conocimiento para la fe.

Nicolás Copérnico fue un astrónomo polaco reconocido por su modelo matemático heliocéntrico del Sistema Solar, esto es, que consideró al sol como el centro del Sistema Planetario Solar, concepto diferente a lo dictado por la iglesia de aquel entonces, que sostenía que la tierra era el centro mismo del universo.

Copérnico, quien nació el 19 de febrero de 1473 en Torun, Polonia, fue matemático, jurista, físico, gobernador, administrador, líder militar, diplomático y economista.

Este científico publicó en 1536 un resumen en manuscrito, en el que establece su teoría en seis axiomas, reservando la parte matemática para el trabajo principal que se publicaría bajo el título "Sobre las revoluciones de las esferas celestes".

En esta teoría Nicolás Copérnico planteaba que las esferas que giraban alrededor de la Tierra, podían hacerlo alrededor de su propio eje una vez al día, r que la Tierra no era el centro del mundo, sino que la Tierra y todos los demás planetas se movían describiendo círculos alrededor del Sol.

A partir de aquí la teoría heliocéntrica comenzó a expandirse y rápidamente surgieron también sus opositores, siendo los primeros los teólogos alegando causas bíblicas.

Aquí surge la polémica sobre si Galileo, al plantar el pie sobre la tierra, una vez que abjuró de su teoría sobre el heliocentrismo frente al tribunal de la Inquisición, pronunció la famosa "Eppur si muove o E pur si muove (y sin embargo se mueve, en español).

Lo más seguro es que no podría sin grave riesgo de su vida hacer público ese pensamiento ene sas circunstancias, pero sí resultaría posible que dijere esas palabras en otras circunstancias, tal vez frente a sus amigos o compañeros de estudio.

En 1616, la iglesia Católica colocó el trabajo de Nicolás Copérnico en su lista de libros prohibidos, quien finalmente falleció el 24 de mayo de 1543.