Un paseo para chuparse los dedos

GUADALAJARA, JALISCO (18/MAR/2012).- La Real Academia Española (RAE) reconoce al verbo taquear como un mexicanismo para referirse a la acción de comer tacos. “Yo taqueo”, “tú taqueas”, en tiempo presente; “ustedes taquearon”, en pasado simple; “nosotros taquearíamos”, en pospretérito; o “él taqueará”, en futuro.

Y para enriquecer con más sabor el lenguaje, la RAE debería agregar a su diccionario términos susceptibles de convertirse en verbos, como doguear y tortahoguear, que reflejan la gastronomía que alimenta a los tapatíos; ésa, culposa, a la que nutriólogos le han declarado la guerra. Ésa que no se debe —bajo ningún pretexto— mencionar en los gimnasios ni en las sesiones de pilates, si no se quiere ser víctima de la mirada inquisidora de algún instructor de músculos turgentes.

Esa comida de la que no se habla, ni de chiste, en los hogares de arraigados hábitos vegetarianos y que deleita a cualquier carnívoro que asiste con dedicación de atleta a engullir lonches, tortas ahogadas, dogos con panela o sin ella, con tradición o con fama; tacos de tortilla pequeña y sudada, de olla, pescado o barbacoa, y extravagancias como tacos de espagueti con queso o vampiros con cortes finos como rib eye. Siempre y cuando, claro está, que el bolsillo lo permita, sin olvidar esa máxima que dice: “barriga que se respeta a sí misma no se logra con el salario mínimo”.

El menú callejero se desparrama por los rincones de Guadalajara: basta con darse una vuelta para descubrir un nuevo establecimiento en una esquina, pasillo, local, motoneta o tugurio forjado al vapor. El paraíso de las calorías está ahí, a pie de banqueta.


Ta’ Corte

El rib eye es un corte en la costilla del vacuno. Es uno de los filetes más jugosos, blandos y tiernos, una exquisita porción de res que se sirve bañada en salsas gourmet o acompañada de una copa de vino. O quizá se coma mejor al filo de la banqueta, envuelto en una tortilla de maíz, con cilantro y cebolla. Tal vez en una gordita con queso y salsa mexicana, acompañada de la infaltable agua de horchata.

Nueve años han transcurrido desde que Ta’ Corte apareció en la esquina de Reforma y Américas, y velozmente se hizo de un nombre por su oferta distinta al resto de los tacos de la ciudad.

Los cortes son arrachera, asada, chorizo, sirloin y rib eye. La especialidad son las “gordibuenas”, que son gorditas rellenas con queso. También hay vampiros y “chilucos”, chiles rellenos de queso y carne. El servicio es rápido y eficiente, y cuentan con sucursales en Chapalita y en Fraccionamiento Monraz.

Aunque suene a poco, Feliciano Francisco, uno de los jóvenes que atiende, relata como anécdota que una noche un cliente se comió cuatro “gordibuenas”: la combinación de masa gruesa, recién hechecita, una abundante dotación de carne, una robusta capa de queso y anexos plantean como un reto comerse más de una.

Lunes a sábado: 19:00 – 01:00 horas.
Dirección: Reforma esquina Avenida Américas.
Tacos: de 16 pesos a 22, dependiendo el corte.
Gordibuenas: desde 50 pesos.


Tacos de espagueti con queso

Sí, no leyó mal. Don Pancho vende tacos al vapor de espagueti con queso. Cuenta que cuando le preguntó a su hermano por qué se le ocurrió la extravagante idea, éste le respondió: “¡Tú pruébalos y luego hablas!”. Y eso mismo es lo que dice cuando algún extrañado cliente le hace la misma pregunta.

Antes de que Chivas dejara de entrenar en el inmueble ubicado en Avenida López Mateos, el negocio de Juan Francisco marchaba de maravilla: “Ningún jugador se me fue vivo”, recuerda, “Oswaldo (Sánchez), ‘El Cabrito’, Claudio Suárez, entrenadores, visitantes... todos caían a comer aquí. Cuando se cambiaron (las Chivas), el negocio bajó las ventas como ocho meses”.

Además, don Pancho vende tacos de mole, picadillo, chicharrón (el más cotizado), frijoles, papas y quesadillas cuyo queso nunca se termina de derretir en el interior de la olla vaporosa. La motoneta en la que atiende se puede encontrar de lunes a sábado por las mañanas, hasta que se acabe.

Lunes a sábado: 08:00 – 15:00.
Dirección: Colomos y Avenida López Mateos, frente al que era el club de las Chivas.
Tacos: seis pesos.


Hot dogs “Meño”

Los hot dogs de “Meño” no llevan tocino, el pan es casero y se sirven con doble salchicha cocida. “Yo venía antes de casarme”, dice Óscar, uno de sus asiduos clientes. “Antes, cuando pasábamos por aquí para ir a trabajar, uno de mis sobrinos me pidió seis hot dogs para llevar. Se los comió él solito. Yo no lo creí cuando vi que no dejó nada, parecía como si lo hubieran tenido amarrado durante días a pan y agua”, platica mientras mastica un pedazo de pan gordo y se lo empuja con un refresco de manzana.

Los “dogos” de Meño están ubicados en la calle Golfo de Cortés, muy cerca de la Glorieta Minerva. Por la noche el establecimiento es atendido por dos jóvenes, Mauricio y Francisco.

Dice Mauricio que “Meño” —el dueño— asiste al negocio temprano para llevar los ingredientes para los hot dogs y se va. Los “Meños”, como mejor los conocen sus clientes, tienen una jornada maratónica: empiezan a vender a las ocho de la mañana y cierran hasta las tres de la madrugada.

Lunes a domingo: 08:00 – 03:00.
Dirección: Golfo de Cortés, cerca de la Minerva.
Hot dog: 13 pesos.


Hot dogs “El Güero”

Un cachito de lotería, un sueño. Tras regresar de Ciudad Obregón a su natal Guadalajara, José Delgadillo compró el boleto premiado que le permitió poner el carrito de hot dogs más entrañable de la ciudad; ése que se instala en una esquina de la Taquería Minerva.

De aquella ciudad sonorense, don José se trajo el sabor del curioso platillo y en 1955 fundó los afamados Hot dogs “El Güero”. Hace cuatro años que ya no despacha; ahora sus hijos, Martha y Braulio, están al frente del negocio.

Sin embargo, “la calidad y el estilo” no han cambiado, enfatiza Martha. Uno de sus ingredientes clave es el pan suave y gordito, hecho a mano, con un tenue sabor dulce. Y es que un día, luego de probar unos bollos caseros bañados en chocolate, don José convenció al panadero de vendérselos secos, recién horneados, para acompañar a sus perritos calientes.

Las delgadas salchichas, por su parte, hacen campo a la mayonesa, el jitomate, la cebolla o el chile verde, según lo requiera el comensal, coronando la pieza con un pincelazo de mostaza bien líquida y dejando libre albedrío a los paladares que necesitan de cátsup, salsa picosa o jalapeños.

Lunes a sábado: 08:00 - 17:00.
Dirección:
Hot dog sencillo: 15 pesos.
Doble: 17.


Tortas Toño

La torta ahogada es uno de los platillos consentidos de los tapatíos, y afortunadamente, aún no se agotan las formas de reinventarla.

Así de claro lo tenía Antonio Santiago Barba, quien en 1990 pidió a unos amigos que lo dejaran instalarse en la calle Nueva Escocia para sembrar la semilla de su actual negocio, el cual combina modernidad y tradición.

Servidas en canastas envueltas en bolsas de plástico, las tortas se entregan vírgenes; es decir, un bolillo con lengua, pierna, buche, carnitas o camarón, para que los consumidores vivan la experiencia de sazonarlas a su gusto en un “buffet” de condimentos típicos, como los frijolitos, salsa de jitomate normal o “enchilosa”, cebolla desflemada y col.

La receta secreta de la salsa fue desarrollada en la casa de “Toño” y hasta la fecha sigue siendo un imán para atraer a los paladares insaciables, quienes también gustan de pasar un rato agradable en cualquiera de sus cinco sucursales, ubicadas en Providencia, Chapalita, Jardín Real, La Calma y Lomas Universidad.

Lunes a domingo: 08:00 - 16:00.
Dirección: la sucursal matriz tiene su sede en Tierra de Fuego 3160-2.
Torta normal: 40 pesos.
Torta mini: 25


Tacos Tom

Fernando, hijo del dueño de Tacos Tom, cuenta que un día a su papá (Luis Cervantes) se le ocurrió apostar con un sujeto al que le apodaban el “King Kong” a que si éste lograba comerse 50 tacos de un tirón, no pagaría nada.

El “King Kong” no sólo se comió los 50 tacos surtidos, sino que además se bebió tres refrescos y ya que el frenesí estomacal había pasado, el “King Kong” se retiró con dificultad por una de las calles mal iluminadas.

La última vez que se le vio apostar, aumentó el reto a 60 tacos, pero de lengua, desafío que fue rechazado tajantemente por el propietario. Y es que en el local, los clientes que llegan y observan los tacos de bistec, lengua, suadero, chorizo, cabeza, labio, carnaza, sesos y tripa, envueltos en una nube de vapor que sale por el puesto, tragan saliva y pueden zamparse de un tirón hasta 10 tacos y dos refrescos sin chistar.

Lunes a sábado: 17:00 – 24:30.
Dirección: Juan Manuel y Gregorio Dávila.
Tacos: de siete a 10 pesos.


Tacos Don Luis

Muchos tacos han desfilado por el corredor del “gourmet callejero” en Mexicaltzingo y Chapultepec. Los de don Luis Garibay permanecen inamovibles desde 1968, y han resistido hasta el Fan Fest de los Juegos Panamericanos, la construcción de Horizontes Chapultepec, la remodelación de la zona y el sinnúmero de sacudidas de la colonia Americana.

A la hija de don Luis, Gloria, le toca cobrar los martes. Afirma que su papá sigue al pendiente de la preparación de los tacos y que los estelares son los de lengua y de carnaza, que fueron las únicas variedades durante los primeros 20 años de existencia de este lugar. En la actualidad también hay de cabeza, sesos, pastor, labio, bistec y chorizo. Los venden sencillos o en “gringa”.

Gloria se acuerda de gente a la que sirvió cuando era una chiquilla de 13 años y que siguieron yendo por mucho tiempo después: “Ya hasta me toca atender a los hijos de los clientes que venían al principio”. Su papá le enseñó que el negocio tiene sus temporadas. Que a veces las lluvias u otros factores ajenos afectan, “pero es la constancia la que nos ha permitido seguir aquí”.

Lunes a sábado: 18:00 – 01:00. En fin de semana cierran hasta las 03:00 horas.
Dirección: Mexicaltzingo, esquina con Avenida Chapultepec.
Tacos: de ocho a 10 pesos.
Gringa: 16.


Hot dogs “El Chino” (los de la UdeG)

Nadie los conoce por su nombre original, pero los placeros saben perfectamente de qué lugar se habla cuando alguien dice: “Vamos a cenar a los ‘dogos’ de la UdeG”. Después de salir de fiesta o simplemente víctimas del antojo, cientos de bocas se pueden reunir en una sola noche, platica el despachador Álvaro Morales; tanto así que han llegado a cocinar hasta mil perritos en una jornada concurrida.

La demanda ha inspirado un peculiar estilo de quienes los preparan, colocando a lo largo del brazo hasta ocho panes para “arreglarlos”. La fama es tal, que personas foráneas acuden al puesto ubicado en Escorza y Pedro Moreno a deleitarse con el espectáculo y el sabor.

Alrededor de los años ochenta, Alejandro García, “El Chino”, cenaba tacos de frijol con queso al tiempo que atendía su puesto de hot dogs. Un consumidor intrépido le pidió que a su “dogo” le pusiera un trocito del lácteo. Lo engulló rápidamente y luego repitió plato. “El Chino” absorbió la brillante idea y desde entonces, colocar una rebanadita de panela es una de las firmas de la casa.

Lunes a domingo: 17:00 – 02:00. Los viernes y sábados extienden su horario de cierre.
Dirección: Pedro Moreno y Escorza.
Hot dog: 16 pesos.
Hamburguesa: 25.


Tortas ahogadas José “El de la bicicleta”

Dice don José “El de la bicicleta” que las tortas que vende son diferentes a las demás porque no le embarra frijoles al bolillo, no les agrega rábanos ni las pone en un plato: las baña con salsa de jitomate cruda, chile sin mucho condimento, cebolla sin desflemar y las sirve en una bolsa de plástico. Ofrece papel estraza en lugar de servilletas. Y ya.

José González Gutiérrez prepara las tortas en una caja de metal empotrada en la parrilla de una vieja bicicleta con las llantas ponchadas. Don José inició su negocio a bordo del velocípedo desde que dejó de trabajar en un local de tortas ahogadas en donde lavaba platos, trapeaba y limpiaba mesas.

Después, ya por su cuenta, salía montado en el oxidado vehículo (que tiene alrededor de 35 años con él) y se paraba a vender en refaccionarias, talleres o casas. Empezó a quedarse en la calle de Epigmenio González y la Calzada Independencia (en donde duró 12 años) hasta que los clientes provenientes de pueblos cercanos y que arribaban a la Antigua Central Camionera le pidieron que se quedara en un lugar fijo, y fue por eso que echó raíces en la calle de Mexicaltzingo, en donde ya tiene 22 años y vende diariamente.

Lunes a domingo: 09:00 – 17:00.
Dirección: Mexicaltzingo #27, entre la Calzada Independencia y Avenida 16 de Septiembre.
Torta ahogada: 25 pesos.


Taco Fish

Pocos negocios callejeros en Guadalajara tienen una fila tan larga como la que serpentea por las tardes en los tacos de pescado y camarón, mejor conocidos como Taco Fish. Luis Barajas, que tiene el bigote negrísimo y tan limpio como su negocio, cuenta que en agosto se cumplen 20 años desde que él y su hermano Arturo empezaron a vender tacos de pescado en una carreta, justo en la misma esquina en la que hoy está su productivo negocio.

Al principio hasta el refresco regalaban... pero ahora han crecido tanto que ya cuenta con 24 empleados. Luis dice que al inicio fue difícil empezar con los tacos de pescado y camarón empanizado, ya que los tapatíos estaban acostumbrados a ver pescado servido en un plato acompañado de arroz y verduras, pero no en un taco.

Originario de Baja California, Luis comenta que algo que siempre se ha mantenido en el Taco Fish es la higiene en los alimentos y el servicio. Además, Taco Fish ofrece quesadillas de camarón, “toritos” de marlín, tacos dorados de camarón, de jaiba, cangrejo. Su recomendación: los tacos y los chiles rellenos.

Lunes a sábado: 10:00 – 16:30.
Dirección: Avenida La Paz y Donato Guerra.
Taco de pescado y camarón: 17 y 18 pesos.
Torito de marlin: 18 pesos.


Tacos de barbacoa “El Torito”

José Guadalupe Ruiz, socio de “El Torito”, proclama que su tío fue el primero en vender tacos dorados de barbacoa de res, al mero estilo jalisciense: “Anteriormente vendían puros blandos, y pues lo que hicimos fue dejarlos en el comal para que se doren con la grasa misma de la carne”.

Desde mayo de 1982, cuando el tío de José, oriundo del municipio alteño de Jesús María, abrió su puesto de tacos en Guadalajara, éste se convirtió en visita obligada para desayunar o comer, o simplemente, para entregarse a la guzguera.

En la actualidad, el negocio se instala sobre la calle Argentina, esquina con avenida Alemania, cobijado por un frondoso árbol que da techo al trío de mesas disponibles para acomodarse.

Para acompañar los tacos dorados o blandos, según precise el cliente, también venden vasitos de consomé que entibian la garganta, algo que se aprecia particularmente durante las frescas mañanas de invierno.

Lunes a sábado: 08:00 -15:00.
Dirección: Argentina esquina con Avenida Alemania.
Tacos: ocho pesos.


Tacos de olla

Edelmira Arreola es una mujer amable y sonriente que inició su negocio de tacos de barbacoa el 14 de febrero de 1995. Empezó vendiendo sólo eso. Con el paso del tiempo, sus clientes comenzaron a pedirle que agregara al menú tacos de chicharrón, lengua, rajas con queso, chorizo, y así fue como los tacos de olla se volvieron la especialidad, toda vez que se sumaron también los lonches de pierna, sándwiches, hamburguesas y quesadillas.

El puesto de Edelmira está escondido en la calle Río Reforma a su cruce con R. Michel, a un costado de un puente que lleva a la Calzada Lázaro Cárdenas. Más vale encontrarlo temprano, porque se esfuman: a las 10 de la mañana apenas queda un poco de carne en la olla de barro.

Edelmira no miente cuando asegura que los tacos de chicharrón son los que más vende, aunque a ella los que más le gustan son los de rajas con elote y lengua en salsa verde.

Lunes a viernes: 09:00 – 16:00.
Sábados: 08:00 – 12:00.
Dirección: Río Reforma y R. Michel.
Tacos: ocho pesos.