Martes, 23 de Abril 2024
Suplementos | Jorge Luis Borges definió al libro como 'una extensión de la memoria y la imaginación'

Un día que sabe a libros

Hoy se celebra al instrumento que Jorge Luis Borges un día definió como “una extensión de la memoria y la imaginación”: el libro

Por: EL INFORMADOR

La UNESCO  instauró en 1996 el 23 de abril como el Día Internacional del Libro. EL INFORMADOR / ARCHIVO

La UNESCO instauró en 1996 el 23 de abril como el Día Internacional del Libro. EL INFORMADOR / ARCHIVO

GUADALAJARA, JALISCO (23/ABR/2017).- El 23 de abril enmarca un triple aniversario luctuoso: el de Miguel de Cervantes, autor del Quijote, el de William Shakespeare, dramaturgo, y Garcilaso de la Vega, historiador peruano; los tres fallecidos en 1616. Sin embargo, para los quisquillosos el dato es impreciso, pues Shakespeare vivía en Gran Bretaña que para la fecha aún utilizaba el calendario juliano; además, el 23 de abril fue el día de la inhumación de Cervantes, no el de su muerte (acaecida la víspera previa).

Pero por la coincidencia y con cierta licencia poética, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) instauró en 1996 la celebración del Día Internacional del Libro el 23 de abril. Desde entonces, cada año en esa fecha se realizan actividades para promocionar la lectura y celebrar ese peculiar instrumento que Jorge Luis Borges definió como “una extensión de la memoria y la imaginación”.

Entre los antecedentes de este objeto están las tablillas de arcilla, los papiros y códices, pero el hombre tuvo a bien grabar la escritura en otros tantos espacios, como las paredes de las cuevas, madera o rocas. Una piedra antigua, de hecho, puede considerarse como el más antiguo “libro en formato bilingüe” (o trilingüe). Se trata de la Piedra de Rosetta, que data de unos 200 años antes de nuestra era. En ella se lee un decreto egipcio escrito con jeroglíficos, con escritura demótica y también en el griego de la época.

Los pergaminos y papiros fueron medios más amigables para la escritura que las rocas y madera, con el detalle de que su fabricación implicaba mayores esfuerzos y un costo mayor. Para fabricar un pergamino era necesario la piel de un animal, secarla y tratarla con diversas técnicas para que albergara bien la tinta. El papiro son láminas del árbol del mismo nombre, originario de Oriente. Al comienzo de su uso, lo regular fue enrollarlo; pero en los primeros siglos de nuestra era fue desplazado por el acomodo que conocemos hasta el día de hoy. Su primer nombre fue el de “códice”, y consistía en páginas individuales, todas sujetas por un lado. Esa forma cuadrangular facilitaba el acceso a los contenidos, pues los pergaminos solían ser irregulares en sus medidas por su origen, mientras que los papiros podían tener hasta 10 metros de longitud.

La reproducción de los ejemplares era una tarea complicada y de largo aliento. En Europa sucedía dentro de los monasterios, con copistas y dibujantes que podían durar meses, incluso años trabajando en una sola copia de un libro. Hacia el final de la Edad Media vendría una revolución que provocaría una masificación de los libros, y por ende del conocimiento.

El editor germano Gutenberg es considerado como “padre de la imprenta”: en su taller se desarrolló la imprenta de tipos móviles, lo que facilitó la “composición” (ahora llamada “diseño”) de las páginas de los libros con mayor facilidad y rapidez. Su inspiración fueron las prensas utilizadas para exprimir las uvas y extraer el jugo.

Durante siglos, la herramienta ideada por Gutenberg no sufrió mayores modificaciones que aquellas del perfeccionamiento de sus partes. El linotipo inventado a finales del siglo XIX cuenta en el mismo armatoste un espacio para la fundición de los tipos de plomo, por ejemplo. La evolución del libro en el formato impreso ha llegado hasta la actualidad con la impresión digital, con la posibilidad de imprimir pocos ejemplares sin encarecer el costo por unidad, incluso con la impresión bajo demanda. Ya fuera de lo analógico y dentro del mundo cien por ciento digital, los libros electrónicos son la evolución más reciente de ese habitáculo del conocimiento, la historia y la imaginación.

El libro (y la rosa) del día

La Feria Internacional del Libro de Guadalajara realiza desde 2002 un maratón de lectura para celebrar el Día Internacional del Libro. El zapotlense Juan José Arreola fue el primer autor que se leyó durante doce horas seguidas. Otros escritores cuya obra ha sido homenajeada por la FIL han sido Cortázar, Neruda, Borges, Lewis Carroll y Mary Shelley, entre otros. La sede ya tradicional es la Rambla Cataluña, espacio público a un costado del Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara.

Este 2017, los cientos de lectores que prestarán su voz leerán el libro “Inéditos y extraviados”, de Ignacio Padilla. El escritor mexicano falleció el agosto pasado en un accidente automovilístico. Nacido en 1968, Padilla fue amigo y colaborador constante con la FIL, en particular en su atractivo programa Encuentro Internacional de Cuentistas de cuya curaduría estuvo a cargo desde 2010.

La celebración del Día del Libro coincide con el santoral de San Jorge, santo patrono de Barcelona (capital de la industria editorial en español). Fue allí donde comenzó la costumbre de intercambiar libros y rosas. Fieles a la tradición, el comité de la FIL otorga un libro y una rosa a quienes compartan su lectura en voz alta durante la actividad. Las flores son cortesía del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la UdeG; el libro de “Inéditos y extraviados” lo pone Océano, la editorial que lo publicó. Además de la sesión lectora habrá vendimia con librerías y editoriales de la ciudad (Mantis Editores, Paraíso Perdido, Arlequín, Petra, Librería Ítaca, FCE, Gonvill, Ferragus, Gandhi, Siglo XXI Editores, El Sótano, Educal, Porrúa, entre otras).

En México, en 2016 se publicaron 27 mil 940 títulos, según el registro de ISBN. Fueron cerca de dos mil menos que en 2015; sin embargo, el tiraje subió, pues de 108 millones de ejemplares impresos en 2015 aumentaron a 136 millones el año pasado (26 por ciento más, según datos de la CANIEM). De ellos, 72 por ciento fueron en formato impreso, 19 por ciento en ebook, 6 por ciento publicados directo en internet y el resto en disco compacto. Pero la producción es un tema y la venta otro: datos del INEGI (2015) indican que la población lectora prefiere el libro impreso en un 86 por ciento, nueve por ciento prefiere el formato digital y cinco por ciento alterna ambos.

Toma Nota

Algunas actividades

La lectura pública de “Inéditos y extraviados” es de 10:00 horas a 18:00 horas en la Rambla Cataluña. xxxy Inauguración del primer Centro Estatal de Fomento a la Lectura del país en la Ex Biblioteca José Cornejo Franco (Av. Francisco Javier Mina 2418) hoy a las 11:00 horas. xxxy Sacro Cervantino en el Templo de Santa Teresa de Jesús (Morelos 525) a las 20:00 horas. Entrada libre.

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