Temoaya ofrece un escape de la rutina

GUADALAJARA, JALISCO (12/MAY/2013).- Situado a escasos 77 kilómetros de la Ciudad de México, hacia la región de Toluca, existe un lugar que ofrece paz y descanso, principalmente para quienes viven en la capital del país: Temoaya. Este es uno de los 125 municipios del Estado de México, cuya riqueza va más allá de un territorio, al ser un sitio ideal para la inspiración.

El municipio es considerado como una pequeña “patria otomí”, con la mayoría de los habitantes provenientes de esa etnia, lo que llevó a que en 1980 se construyera el Centro Ceremonial Otomí, cuya finalidad se enfoca en conservar las tradiciones ancestrales y que hoy en día sirve como un centro de relajación para visitantes, gracias al ambiente que lo rodea.

Quien visita Temoaya, es testigo de los vestigios que alguna vez adornaron sus alrededores. Las artesanías dan muestra de la técnica que ha permanecido por generaciones, teniendo como ejemplo los tapetes finos que son catalogados entre los mejores del mundo. En este municipio existen cerca de mil artesanos que los fabrican en alrededor de 300 talleres, dichos tapetes en están confeccionados en lana al estilo persa.

Entre los atractivos que el turista puede encontrar en Temoaya está sus calles empedradas que son adornadas por un tianguis dominical y que conectan a la plaza principal, donde se encuentra la iglesia de Santiago. Por otro lado, existe el ecoturismo gracias al territorio de montañas y bosques que son bañados por aguas cristalinas que caen de las cañadas.

Para disfrutar mejor de este paisaje, el ecoturismo (que consiste en pesca deportiva de trucha, deportes extremos y de aventura, entre otros) se puede realizar de mejor forma en el municipio de Jilotzingo.

También en Jilotzingo se puede visitar el Rincón de los Venados, con una panorámica montañosa sin igual, donde se ofrece todo tipo de servicios para la comodidad del turista. En el Cerro de dos cabezas también encontrará paisajes naturales únicos, en donde se practican algunas actividades de deporte extremo.

Otro lugar recomendable, cercano a Temoaya, es el centro recreativo Xote ofrece, además de un gran paisaje, la posibilidad de hospedarse en las cabañas de descanso, así como disfrutar del restaurante especializado en comida típica, con platillos preparados a base de truchas. También existen campos de divertimento para practicar el gotcha. Este centro funciona los fines de semana y en días festivos.

El Centro Ceremonial

El imponente Centro Ceremonial Otomí, inaugurado en 1980, se encuentra en las faldas del Cerro de la Catedral. La paz y tranquilidad transpiran cada una de las piedras que lo conforman y, al estar alejado de cualquier bullicio, es un lugar que muchos deportistas buscan para liberar las tensiones y concentrar su energía, sobre todo los atletas de alto rendimiento, quienes tienen un sitio especial para su entrenamiento. Definitivamente este es uno de los lugares con más magia en nuestro país.

La construcción de este Centro Ceremonial está pensada en rendir un tributo a la cultura Otomí, con murales y símbolos que sintetizan la grandeza de esta etnia. Al contar con diversas plazas, los turistas encuentran desde un museo con exposiciones permanentes de las costumbres otomíes, hasta objetos encontrados en el lugar.

Este sitio es recomendable para visitar en tiempo de lluvias, ya que en esta época el Centro Ceremonial ofrece un espectáculo único, que consiste en una “charreada a campo traviesa”, en un lienzo charro ubicado en el interior del complejo. Además, en ese espacio se cuenta con todos los servicios para los visitantes.

Sin embargo, Temoaya y este Centro Ceremonial, pueden visitarse prácticamente en cualquier época del año, ya que goza de un clima fresco y húmedo, con neblina por las mañanas, y algunos días fríos entre octubre y abril de cada año. Además de historia, este municipio tiene una riqueza en flora y fauna, como la reserva ecológica Parque Otomí-Mexica, donde habitan especies como el cacomixtle, ardillas, liebres, tlacuaches, hurones, colibríes, etcétera.

Con esta variedad de paisajes y actividades, Temoaya se convierte en un lugar enigmático, que se ha desarrollado gracias al turismo que es atraído por el bello cielo azul y los tonos verde y blanco que se forman en las montañas, principalmente en invierno. Lo mejor de todo, es que se preservan las costumbres y tradiciones, en un lugar donde el tiempo se ha detenido en un permanente instante.