Martes, 21 de Octubre 2025
Suplementos | ¡Vaya afirmación de Jesús!

“Perder un ojo por causa del pecado”

Cuando un gladiador vencía a su oponente en una competencia, no siempre le mataba para terminar la pelea

Por: EL INFORMADOR

“Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos a la Gehena”. La sola idea de auto infringirse un daño de tal magnitud, debió escandalizar a los oyentes de ese día, que se habían congregado en torno a Jesús. Ya el Maestro había mencionado cosas tales como “cortarse una mano o un pie, si estas partes del cuerpo eran ocasión de pecado para la persona”, y ahora añadía la pérdida de un ojo. Sin duda que ese día, muchos se fueron escandalizados a casa, y decidieron no seguir escuchando a un predicador tan radical.

Con todo, las palabras de Jesús tenían mucho sentido. En la antigüedad, no eran escasas las peleas entre gladiadores o guerreros, ya sea por competir, participar en un evento, o demostrar sus cualidades para la guerra. Un peleador que vencía a cierto número de rivales, podía presumir sus victorias, y generalmente esperaba que eso le produjera algún tipo de ganancias.

Cuando un gladiador vencía a su oponente en una competencia, no siempre le mataba para terminar la pelea; en ocasiones le perdonaba la vida, pero le hería de tal manera que fuera evidente que ese guerrero había sido derrotado por alguien. Una de las acciones preferidas por el vencedor, era usar su espada para sacar uno de los ojos de su oponente, quien por el resto de su vida, anunciaría su derrota a través de la ausencia de uno de sus ojos.

Un guerrero tuerto, por donde quiera que fuera, y aún si volvía a pelear, evidenciaba que había sido derrotado por uno más poderoso. Es por eso que Jesús usó la metáfora de “sacarse un ojo” (ningún estudioso serio de la Biblia creería que estas palabras deberían interpretarse literalmente), para enseñar a los hombres que debían decidir ante quien rendir su voluntad: si se obstinaban en tratar de vencer todas sus tentaciones confiados en sus fuerzas, llegaría el día en que una derrota les provocaría pérdidas tan terribles como si perdiera una mano, o un ojo; por otra parte, si se rendían ante el gobierno y la autoridad de Jesús, y pedían de su gracia para enfrentar sus tentaciones y debilidades, entonces podrían entrar al reino de los cielos en victoria, pero rendidos a Jesús.

Angel Flores Rivero  
iglefamiliar@hotmail.com

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