Suplementos | Septiembre se despide con opera Música clásica El día de hoy hace acto de presencia Carmen, de Georges Bizet, y mañana será el turno de Rigoletto, de Giuseppe Verdi Por: EL INFORMADOR 28 de septiembre de 2008 - 06:26 hs Guadalajara despide este mes de septiembre con uno de los acontecimientos artísticos que, a pesar de la escasa frecuencia con que se presenta en nuestra ciudad, es siempre consentido por el público tapatío: la ópera. El día de hoy hace acto de presencia Carmen, de Georges Bizet, y mañana será el turno de Rigoletto, de Giuseppe Verdi. La ópera es uno de los elementos clave de la tradición musical de Occidente. Es una forma artística que nace del encuentro entre la palabra, el drama, la acción representativa y la música, que basada en una convención que le confiere unidad, consigue la integración en un todo de esta mezcla de lenguajes y disciplinas artísticas tan heterogénea. Su origen se encuentra hacia finales del siglo XVI en Italia, donde bajo el ideal renacentista de admiración por las culturas clásicas se piensa en la ópera como el retorno de la tragedia griega, en la cual, sus protagonistas -héroes mitológicos- de origen divino no podían si no “recitar cantando”. La ópera se ha convertido gracias a su florecimiento y rica historia en todo un ceremonial en el que tienen cabida -como en pocas expresiones- elementos históricos, sociales, políticos, filosóficos y artísticos, lo que le ha transformado en el objetivo de muchos compositores a lo largo del tiempo. En medio del asombroso número de fórmulas empleadas en la composición operística, hay obras que destacan por su originalidad y por el empleo de nuevas vertientes en la búsqueda de una expresión más efectiva. Así, puede afirmarse que el francés George Bizet fue el primero en utilizar el realismo o verismo (realismo extremo) en su ópera Carmen. Estrenada el 3 de marzo de 1875 en París, el libreto es de Melihac y Halévy sobre la novela Carmen. La historia sucede en Sevilla y en la campiña andaluza, si bien las incongruencias de carácter ambiental son varias y generan una España muy propia de Bizet, que no es la España verdadera, sino una imaginaria, concebida por el autor de manera que discrepa también con la de Merimée, obteniendo así una representación azarosa, pero que al estar “hecha a la medida” funciona aún mejor para lograr el objetivo de resaltar el realismo de los personajes y de la historia misma. Una historia que tiene lugar en el Mediterráneo y no ya en un Olimpo, redimensionando su esencia física y corporal, patrocinando, como señaló Nietzche, “un retorno a la naturaleza, a la salud, a la serenidad, a la juventud y la virtud”. La ópera -cantada en francés- inicia con un conocido preludio que da pie al primer acto, donde vemos a un grupo de soldados que observan a la gente pasar por la plaza. Don José es el sargento del regimiento y tiene en esta plaza su primer encuentro con Carmen. Cuando ésta pasa por la plaza junto a las demás mujeres que trabajan en la fábrica de tabacos, la joven gitana, asediada por todos, se fija en el sargento, quien se mantiene al margen del revuelo causado por ella y le lanza una flor. Las demás mujeres regresan a la fábrica, donde se forma un alboroto: ha habido una pelea y se señala a Carmen como la culpable de haber herido a otra joven con un cuchillo, por lo que es detenida y puesta bajo la custodia de don José. Con sus encantos convence al oficial para que le deje libre, que éste es encarcelado y degradado al descubrirse la fuga. El segundo acto sitúa la acción un mes después de los sucesos iniciales. Carmen permanece en la taberna de Lillas Pastia, donde se encontrará de nuevo con don José. Antes de que él llegue, entra al local el torero Escamillo, quien queda prendado de Carmen. Se marcha y aparece don José. Carmen baila para él y le pide como prueba de amor que deserte y se una a la banda de contrabandistas con los que ella desea partir. El tercer acto muestra a los protagonistas en la guarida de los contrabandistas en las montañas. Al echar las cartas, Carmen tiene una premonición sobre su muerte. Aparece de nuevo Escamillo para buscarla y para invitar a todos a su próxima corrida. El último acto tiene lugar en la plaza de toros. Escamillo entra al ruedo acompañado de Carmen. Inicia la corrida. Don José encuentra a la gitana y la enfrenta. Ella se niega a irse con él y éste, loco por los celos, la apuñala. La algarabía por la actuación del torero se mezcla con la agonía de la protagonista, quien finalmente muere cuando el triunfante torero llega a buscarla. Hay dos maneras en las que esta ópera es representada: la primera, tal como Bizet la concibió, con el empleo de algunas partes habladas; o de la manera que también es común encontrar, en la que dichos parlamentos fueron convertidos en recitativos por Ernest Guiraud para que la obra sea totalmente cantada -esto, si bien atenúa la conducción acompasada de la acción, está realizado con gracia y respeto al resto de la obra-. La música está llena de pasajes consagrados por el público, desde el ya mencionado preludio hasta la habanera con la que se presenta el personaje de Carmen, pasando por las coplas del toreador y el dúo final con coro. Georges Bizet murió en junio de aquel mismo año. Sobrevivió solo tres meses exactos al estreno de su obra, de tal forma que no llegó a conocer su éxito y repercusión que le han llevado a convertirse en la ópera francesa más representada a nivel mundial. Por otra parte, la segunda ópera que se presenta este fin de semana, Rigoletto, de Verdi, es una obra en tres actos basada en la pieza teatral Le Roi s’amuse (El rey se divierte), de Victor Hugo, y fue estrenada en 1851 en Venecia. La obra, en tres actos y cantada en italiano, trata la historia de un gobernante sin honor -el duque de Mantua-, cínico y sin escrúpulos, en un ambiente de injusticia social, corrupción e inmoralidad, temas que incomodaban entonces más de lo que lo pueden hacer hoy en día. En la imaginaria corte trabaja como bufón el deforme Rigoletto, quien aplaude todas las conquistas del duque. Cuando éste es increpado en su palacio por Monterone -quién ha sufrido la deshonra de su hija-, manda arrestarlo. Monterone lanza entonces una maldición que traerá la perdición al bufón. La historia descubre que Rigoletto tiene una hija, Gilda, a quien mantiene oculta en su casa por miedo a que sea una víctima más del despótico ambiente de la corte que él mismo ha ayudado a crear. De hecho, en la corte piensan que se trata de una amante que el bufón tiene escondida, pero el mismo duque espía la casa y se entera de la verdad, iniciando así una serie de actos ruines que terminarán trágicamente para Rigoletto. Desde el punto de vista musical, esta ópera es otro gran ejemplo del lirismo verdiano. Constituye un trabajo en el que el autor pudo ya apartarse de los cánones del romanticismo y acercarse a un drama real más profundo. Destacan en esta obra la balada Questa o quella, el aria Caro nome che il mio cor y la más que celébre La donna è mobile... por: eduardo escoto Temas Tapatío Lee También Chivas fracasa y queda fuera del play-in tras empate con Atlas en el Clásico Tapatío Atlas vs Chivas • Momentos Destacados • Jornada 17 • Clausura 2025 Chivas pende de un hilo para clasificarse a Play-In Uros Durdevic se convierte en campeón de goleo frente a Chivas Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones