Sábado, 11 de Octubre 2025
Suplementos | La madre se niega a dejar ir su juventud y pelea por retenerla

Madres vs. Hijas

Las mujeres de aproximadamente 40 años entran en una etapa conocida como la segunda adolescencia

Por: EL INFORMADOR

Al competir con las hijas, el papel de madre queda desvirtuado. ESPECIAL /

Al competir con las hijas, el papel de madre queda desvirtuado. ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (25/JUN/2013).- Todas en algún momento de nuestra infancia jugamos con los tacones, ropa, aretes, sombreros, lentes o carteras de mamá. Incluso, las más osadas se permitían utilizar su maquillaje y darles un tono brillante a sus pequeños labios. Ese clóset era un mágico sitio que nos permitía, por algunos instantes, sentirnos grandes, y de alguna manera, afianzaba nuestra femineidad y autoestima.
 
Sin embargo, en el proceso de crecimiento femenino, ese rol se puede intercambiar. ¿Qué ocurre, entonces, cuando mamá es la que recurre al clóset de su hija?
 
Las mujeres de aproximadamente 40 años entran en una etapa conocida como la segunda adolescencia. En principio se trata de ciclos anovulatorios (ausencia de ovulación) que resultan en un aumento relativo de los estrógenos en relación con la disminución de la progesterona. En muchos casos, esta etapa ayuda a la mujer a romper los complejos y a procurar el cuidado de su cuerpo.
 
"Antes era impensable que una mujer de 40 y pico saliera de noche a divertirse con amigas, o que se preocupara tanto por el cuerpo o la ropa. Estos cuidados son una protección, una manera de anticipar una vejez saludable", explicó Stella Maris Rivadero, psicoanalista, coordinadora docente y supervisora del Equipo de Pareja y Familia del Centro Dos, al periódico argentino "Clarín".
 
Este proceso es sumamente natural, pero también conlleva a algunos extremos que desembocan en la competencia entre madres e hijas.
 
Según los expertos, esta rivalidad se da cuando la madre entra en esta etapa denominada "segunda adolescencia" y su hija se encuentra en plena adolescencia. La madre se niega a dejar ir su juventud y pelea por retenerla, en muchos casos, imitando a su hija. Muchas mujeres recurren a usar ropa juvenil, utilizan la misma jerga al hablar que sus hijas, se someten a dietas extremas, o en última instancia recurren a cirugías plásticas. Su objetivo primordial es sentirse deseadas, cueste lo que cueste.
 
¿Cómo responde la hija adolescente?

 
Por lo general, las jóvenes no rivalizan. Al sentirse afectadas por este nuevo rol que su mama ha adoptado, reaccionan ofendiendo o descalificando a su acudiente. Por lo general sienten que su madre está ausente y que ha asumido un papel de "hermana mayor". Muchas veces esto desencadena sentimientos negativos ocultos que terminan por dificultar la comunicación entre ambas.
 
La psicóloga Marisa Russomando explicó al periódico argentino "La Capital" que la adolescencia es el periodo en el que uno descubre su identidad. Sin embargo, cuando nos enfrentamos ante un panorama de competencia, el rol de la madre queda desvirtuado. "En esta época de la vida, la madre aparece como un espejo. Pero esta madre no le muestra una opción del mundo adulto, sino que le devuelve una imagen de par. La adolescente tendrá entonces que dar más giros hasta encontrar un sostén en la construcción de su identidad, compitiendo aún más con su madre, ya que ambas intentan ocupar un mismo lugar: el ser joven, seductora, centro de atención", explicó la experta.
 
El papel del padre

 
En esta disputa hay un tercer personaje. Ese es el padre o la figura masculina de la casa, por quien las féminas también compiten. En este escenario suelen relucir los temas sin resolver entre la pareja. El padre, muchas veces utiliza a la hija para exponer su punto de vista, contrario al de la madre, agudizando la competencia. Lo ideal es que el padre muestre su apoyo incondicional para con su pareja. Esto probablemente producirá rabia en la hija adolescente, pero a la larga ella comprenderá que su objetivo no es ganarse a su padre.
 
¿Cómo mejorar la relación familiar?
 
La psicóloga Beatriz Goldberg, autora del libro "Tengo un adolescente en casa ¿qué hago?", propone ocho consejos básicos para que, como madre, seas la que de el primer paso conciliador.
 
1. Antes que nada, debes reconocer lo que te está pasando.
 
2. No puedes apoyarte ni buscar consuelo en tus hijas, les estarás transfiriendo tus problemas.
 
3. Buscar relacionarte y compartir con gente de tu edad.
 
4. Acepta tu propio cuerpo y tus logros intelectuales o laborales.
 
5. Si no estás conforme con tus logros, replantéate qué puedes hacer para mejorar.
 
6. Valórate a ti misma. Puedes hacer una lista de las cosas positivas que tienes.
 
7. Piensa que sigues siendo ante todo una mujer, y que puedes mejorar tu sexualidad. No sientas que vives tu ocaso sexual.
 
8. Lo que tu hija te diga con la mayor crudeza, utilízalo para crecer como individuo.
 
Fuente: www.mujer.com
 

EL  INFORMADOR / ROBERTO CONTRERAS

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