Suplementos | Una pesadilla recurrente: olvidar la mitad de los adminículos imprescindibles Hacer maleta Una pesadilla recurrente: olvidar la mitad de los adminículos imprescindibles al empacar la maleta Por: EL INFORMADOR 24 de abril de 2016 - 00:56 hs Otro problema complementario a la hora de salir es la maleta en sí. ESPECIAL / GUADALAJARA, JALISCO (24/ABR/2016).- Una de las pesadillas recurrentes que asolaba la víspera de mis viajes de juventud era olvidarme de la mitad de los adminículos imprescindibles al empacar la maleta. Por años fui un confuso experto en omitir el cepillo de dientes, el desodorante, los rastrillos de afeitar o un quinto par de calcetines. El colmo fue una visita de cinco días que hice al ex DF, por ahí de 1997 y en la que me pasé la mayor parte de una tarde esperando a que terminaran de zurcir las bastillas de unos pantalones que tuve que comprar, porque lo único que se me había ocurrido empacar fueron dos bermudas como para ir de paseo a Chamela, pero estaba invitado a una boda en la que iba a pasar por loco vestido así. Ni modo. Hay diversos métodos para evitarse estas amarguras y hacer una maleta que en vez de angustias y dolores de cabeza nos dé soluciones. Una amiga, por ejemplo, desarrolló un sistema que considera casi infalible. Uno comienza por pensar una parte del cuerpo y los objetos relacionadas con ella que puede requerir. Arranca por la cabeza (¿necesito sombrero, gorra, peine, cepillo, shampoo y demás?), pasa al cuello (¿collares, corbatas?) al torso y así, hasta llegar a los pies (¿zapatos, calcetines, lima para los juanetes?). Esta manera de hacer el equipaje puede ser muy útil, claro, pero sólo si uno tiene buena memoria y una lógica infalible (por ejemplo, relacionar las orejas con la necesidad de llevar un mp3, los ojos con los libros que hay que tener a mano para el vuelo y la espera en el aeropuerto, el estómago con una cajita de antiácidos, etcétera). Huelga decir que para el distraído y angustiado no resulta nada práctica. Otros sugieren hacer un listado a lo largo de los días previos al viaje y tenerlo como referencia al momento de empacar. Circulan en la red, incluso, formatos-guía que contemplan variantes como el clima del lugar, la duración del periplo, el modo en que hemos de llegar… También, claro, hay cientos de videos con “tutoriales” en los que especialistas tratan de dar solución a las dudas de los acongojados viajeros, que van desde la mejor manera de que la ropa interior no quede expuesta a la mirada indiscreta de los aduaneros hasta una forma para que podamos cerrar una maleta que contiene el doble de objetos de los originalmente contenidos. Otro problema complementario es la maleta en sí. Durante años carecí de nada que pudiera ser descrito como una valija decente y utilizaba mochilas escolares o de campamento. Luego tuve una maleta heredada, verde y enorme, que tuvo a bien romperse en el aeropuerto de Bogotá y dejar salir del forro una serie de alarmantes bolitas negras, que los soldados del control de seguridad interpretaron como alguna clase de sustancia que pretendía yo traficar y que, gracias a un análisis, se demostró que era vil plástico. Menos mal, porque si no es probable que anduviera purgando sentencia todavía. Para no volver a pasar por algo así, desde hace un tiempo compré una valija nueva y resistente que es la que me ha acompañado a la mayoría de mis salidas al extranjero. Tiene muchas ventajas. Además de ser de un plástico rígido e irrompible y rodar con gran facilidad, es de un tono amarillo brillante que la destaca en las bandas de equipaje a primera vista. Claro que es horrorosa. Pero, francamente, con tal de que resista los maltratos de las aerolíneas y sea capaz de contener todo lo que se requiera, no me importa que alguien se diga, al verme marchar del aeropuerto: “Ese tipo tiene la maleta más fea del hemisferio occidental”. Temas Tapatío Antonio Ortuño Lee También Este es el avance en la reapertura de puentes en estados afectados por lluvias ¿Cuántas localidades siguen incomunicadas tras las lluvias en México? Samuel Kishi y su cine que cruza fronteras y generaciones Un museo vivo: Experiencias y arte en el Cabañas Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones