Sábado, 20 de Abril 2024
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Guadalajara en un llano

Guadalajara un siglo después

Por: EL INFORMADOR

María Magdalena Escudero Quintanilla con su hija Ana María Magdalena. ESPECIAL /

María Magdalena Escudero Quintanilla con su hija Ana María Magdalena. ESPECIAL /

GUADALAJARA, JALISCO (17/AGO/2017).- “La vida es esperanza que no debemos perder… de gente bien nacida es saber agradecer y apreciar lo que recibe”

**  EL INFORMADOR cumple 100 años el próximo 5 de Octubre, su fundador DON JESÚS ÁLVAREZ DEL CASTILLO VELASCO lo inauguró con estas palabras: “Nuestro primer número va dedicado a esta bella, a nuestra buena ciudad que cada día se embellece, que a pesar de tantos males como sufre la patria, tiene vitalidad para crecer y hermosearse, cual si estuviera en su primera juventud”.

Lejanas palabras de tiempos idos, un siglo inimaginable para DON JESÚS. “Nuestra buena ciudad” ha menguado su belleza y su personalidad con la demolición de bellas casas y edificios  -parte y patrimonio de Guadalajara-, para pasar a ser una urbe en la que han desaparecido la mayoría de sus atributos.

Hoy nuestra ciudad es víctima de su propio encanto debido al desmesurado incremento de población, de ser una  arbolada y bella ciudad de rosas y fuentes, ya solo quedan imágenes melancólicas de una Guadalajara histórica y elegante, que desafortunadamente solo conserva algunas costumbres y tradiciones en sus edificios representativos, entre ellos la catedral, el Teatro Degollado y el antiguo Hospicio, hoy Centro Cultural Cabañas; se podrán visitar en calandrias “motorizadas”, las únicas calandrias sin caballos en el mundo.

Estar en la actualidad al tanto de las noticias cotidianas donde asaltos con violencia, secuestros, asesinatos, impunidad y toda clase de violaciones sin respuesta ni soluciones, ataca y agrede a la humanidad como ciudadanos de este mundo y como mexicanos; los tapatíos vivimos un ambiente de desconfianza, inseguridad y agresiones.

No podemos dejar de lado tantos tristes acontecimientos en donde los valores y costumbres de antaño se hicieron a un lado para permitir violaciones al Derecho de los Humanos.

Es tiempo de restaurar la sensibilidad, de comenzar a dar valor a nuestras familias, amigos y compañeros, elogiando la buena actitud, la ética, el profesionalismo, el comportamiento correcto y especialmente la belleza de nuestros hijos.  

No se necesitan maestrías y grandes títulos, ni edad para con educación lograr construir un mundo mejor y más justo, se necesita voluntad para que las personas respeten a las personas con tolerancia y cortesía.

**  Las fotos que engalanan esta columna pertenecen a quienes fueron educados con los principios de antaño, que disfrutaban y seguían tradiciones y costumbres.

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