Lunes, 13 de Octubre 2025
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El armado de la belleza

La bisutería se ha convertido en una forma de rélax que al mismo tiempo supone un ingreso económico adicional

Por: EL INFORMADOR

Uno de los collares de Elisa Ley, quien ha encontrado en el diseño de accesorios una pasión.  /

Uno de los collares de Elisa Ley, quien ha encontrado en el diseño de accesorios una pasión. /

GUADALAJARA, JALISCO (04/NOV/2011).- Elisa Ley es diseñadora de bisutería; tiene 37 años, es madre de tres niños y asegura que la vena del armado de joyas le viene de familia. Sentada frente a su negocio, “Elisa Ley”, en Plaza Terranova, cuenta que su abuelo se dedicaba a la orfebrería y su padre elaboraba herrajes para ropa y calzado. Se diría que a Elisa le llegó de forma natural y sanguínea el diseñar joyas.

La bisutería nació por la necesidad de crear elementos más económicos que luzcan y embellezcan a los seres humanos; esta actividad que a veces bien podría llamarse arte más que manualidad, consiste en el armado de joyería con metales no preciosos, como la porcelana, alambres, cristales,  latón, plumas, piedras y cuero.

“La economía no da para que traigamos oro y plata”, dice Elisa. “Debemos tener un buen accesorio que tenga estilo y personalidad, y que no sea tan costoso. Además, por la inseguridad las personas ya no suelen traer puestas joyas costosas”.

Hace 10 años la bisutería comenzó a verse en Guadalajara, cuando se pusieron de moda las pulseras hechas de cristales, o las mejor conocidas como swarovski; esto, recuerda Elisa, tuvo mucho que ver con que a principios del año 2000, los precios del oro y la plata se dispararon en el ámbito mundial, los amantes de las joyas dejaron de comprarlas y los joyeros decidieron optar por otros materiales para armar sus piezas.

María del Rocío Echeverría Ávila, especialista en joyería del Centro Universitario de Ciencias Económico y Administrativas (CUCEA), de la Universidad de Guadalajara, advierte que en nuestra ciudad el gramo del oro pasó de costar 350 pesos a 700 pesos y el de la plata, de 15 saltó a los 25 pesos. Se duplicaron sus costos, por lo que el 70% de los dos mil locales que hay en la Zona Metropolitana de Guadalajara se avocaron a la bisutería.

Así, Elisa se convirtió en uno de estos diseñadores y comerciantes que cambiaron el giro de su negocio. “Yo me dedicaba a bordar lentejuela, chaquiras en punto de cruz y mis clientas le comenzaron a pedir que las enseñara a armar pulseras con cristales”.

Para actualizarse, la diseñadora fue a Tucson y a las ferias joyeras que se organizan en Guadalajara para tomar cursos y talleres de vaciado, fundido, armado de alambre.

Los diseñadores en otras latitudes fueron trazando sus joyas con materiales típicos de su país. En México, los creadores de bisutería tomaron las piedras preciosas, el cuero, el latón e importaron plásticos metalizados principalmente de China, Hong Kong y Estados Unidos.

“En ese entonces, en las tiendas se vendían figuras de castillos, elefantes y había elásticos para ser armados bajo tu propia personalidad y a costos más bajos. Hoy se vende todo lo necesario para armar tus joyas. La moda ha evolucionado, al igual que las personas en Guadalajara; ya somos más abiertos de mente y opinión y esto se refleja en que la gente se atreve a combinar el oro con la plata y el cristal, las piedras naturales, los cueritos, las gamuzas y hasta telas de razo.”

La entrada de la industria de la bisutería a Guadalajara fue muy positiva: “Nos puso a trabajar a todos. Las mujeres que solamente se dedicaban al hogar se dieron cuenta que tenían mucho potencial creativo; armaron sus propias joyas y las vendieron para ayudar a la economía familiar. La bisutería nos enseñó que el oro y la plata siempre serán los reyes de los metales, pero por cuestiones económicas a nivel mundial se han salido de mercado y la bisutería es el perfecto accesorio que complementa el vestir”, comenta Elisa Ley, quien ha diseñado joyas en beneficencia para niños con problemas de anorexia y bulimia, además de patrocinar desde hace tres años a Unidos Guadalajara, una asociación civil que integra a la sociedad a los niños y jóvenes discapacitados.

El negocio de David


Desde hace 24 años, David Marín tiene una mercería llamada Nina en la colonia Santa Teresita. El joven de cabello ondulado cuenta que antes vendía sólo material para manualidades, ahora su tienda está llena de  accesorios para la bisutería como cristales checos, alambres, listones, chaquira, canutillo y cadenas.

Para él, lo más importante en la orfebrería es la mano de obra del artista. “La bisutería surgió en Italia con la joyería económica, donde interesa más el diseño y el ingenio que los materiales que se usen para las joyas. La gente prefirió hacer un collar y venderlo a buen precio que estar trabajando muchas horas”.

A su tienda llegan clientas y diseñadores que comprar sus productos en 100 pesos y hacen collares con muy buen estilo y los venden hasta en 400 o 500 pesos.

“Si compran el material en la mercería, nosotros les ofrecemos clases gratis de armado. Tenemos gente de todas las edades queriendo aprender, desde niñas de ocho años que vienen a tomar clases”, comenta.

Una de sus clientas es María del Rosario del Muro, quien desde hace cinco años ha hecho collares de bisutería. Recuerda que siempre le gustaron las manualidades, pero para hacerse un ingreso extra comenzó a diseñar joyas. “Ahora vendo en boutiques y en clubes deportivos privados; contraté a cinco señoras que me ayudan para el armado, ya que vendo hasta 50 collares al mes a un precio promedio de 250 pesos”.

La moda hoy se centra en piezas con piedras y un color de oro viejo, cosa que se percibe en cualquiera de las tiendas que venden bisutería, aunque los gusto en el mercado son en realidad muy variados: las jóvenes prefieren accesorios más sencillos, como cadenas simples y cueritos, mientras que las mujeres adultas buscan joyas más elaboradas.

Lo que definitivamente no pasa de moda es la propia bisutería, pues siempre se vende, convirtiéndose en la opción perfecta para usarse en eventos especiales –en el caso de algunos diseños–, o para regalos del 10 de mayo, Navidad y cualquier otra festividad que aparezca en el calendario.

Elisa y María del Rosario coinciden en que armar bisutería es un oficio que relaja: “La decoración de una pieza es muy agradable, porque visualizas la combinación de texturas, objetos y colores. Trabajas con piedras naturales y cada una de ellas tiene su energía, y al estar diseñando te olvidas de todo los demás”.

La bisutería en nuestra ciudad ha sido un elemento que ha innovado la industria de la moda. Es uno de los recursos más versátiles, con el cual se pueden crear bolsos, carteras, monederos, diademas, pulseras, anillos adecuados a la imagen de cada persona; además, es posible ganar dinero extra, por medio de la creación de joyas únicas.

Los diseños que se ven por nuestra ciudad han sido altamente propositivos, creativos y llenos de matices, donde la elegancia no está peleada con la alegría o la sobriedad.

PARA SABER
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* Mercería Nina

Herrera y Cairo 1548

Colonia Santa Teresita

Lunes a Viernes de 10: 00 a 14:00

y de 16:00 a 20:00 horas / Sábado

de 10:00 a 15:00 horas

 
* Elisa Ley

Plaza Terranova Local G-2

Av. Manuel Acuña 2929

Col. Providencia

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