El Tornaviaje de Santiago Genovés

GUADALAJARA, JALISCO (15/SEP/2013).- “Si se vive de verdad, se muere más veces de las que se vive” decía el Gran Santiago Genovés.

El día cinco de éste mes emprendió el más importante viaje de su vida. Estoy seguro de que Santiago está ahora viviendo más vidas de las que él vivió -intensamente y con pasión- en este mundo.

Habiendo venido a este planeta en un trágico 31 de diciembre del año de 1923, después de una lucha feroz por su existencia a consecuencias de la Guerra Civil Española, declaraba: “De  no haber venido a México, hubiera muerto en un campo de concentración en Francia”. Aquí en México fue más que bien recibido y apreciadas sus enseñanzas de su fructífera vida. Este mes Santiago Genovés tuvo a bien partir en su tornaviaje al infinito

Sobreviviente -amén de guerras- de las famosas expediciones en las que participó junto al famoso científico y aventurero nórdico Thor Heyerdal (Kon Tiki) en las balsas Ra I y Ra II, construidas en endeble papiro, siguiendo las costumbres de países tan distantes como Etiopía y Perú, para intentar averiguar el cómo y el cuando de las migraciones humanas entre los continentes.

Estas episodios sirvieron para que fraguara el arriesgado experimento científico y aventurero de la famosa balsa Acali en la que, cruzando el Atlántico y el Caribe llevados solamente por la Corriente Ecuatorial del Norte y los vientos alisios, se estudiaría el comportamiento humano en situaciones de dificultad, y en donde los sujetos de ninguna manera pudieran evadirse del contexto en donde se encontraban.

Razas, sexos, nacionalidades, ideologías, costumbres, religiones, convivencias y modos de vivir tan diferentes, fueron observadas con detalle en la precaria balsa que, prácticamente a la deriva, era conducida por los vientos y corrientes del Atlántico en donde, grandes olas, tiburones, ballenas, ciclones, tormentas, pensamientos de suicidio o de asesinato a bordo, celos, enemistades, liderazgo, razas, agresividad, sexo, comunicación no verbal, comunidades y contaminación oceánica se mezclaban intensamente en un espacio no mayor a la sala de una casa.

La Acali, capitaneada y dirigida por Santiago Genovés, fue un auténtico laboratorio sobre el comportamiento humano en situaciones de fricción, conflicto, violencia y agresión. Todos los integrantes que voluntariamente participaron en el experimento aceptaron ser estudiados a detalle, permitiendo además que las investigaciones fueran publicadas para aportar conocimientos a la ciencia sobre las reacciones humanas en estado de estrés.     

En esta imagen, portada de su libro “Acali”, se pueden apreciar, tanto la balsa al centro, como realistas escenas de la vida diaria durante la travesía.  

Santiago fue precursor de la antropología en México, llegando a ser presidente de honor de la Asociación Americana de Antropólogos físicos. Director del Instituto de Investigación de Antropología de la UNAM. Investigador emérito por la Universidad de Cambridge, además de infinidad de reconocimientos por sus valiosos estudios sobre el comportamiento humano.

Si en los tiempos antiguos se decía de Andrés de Urdaneta, que por sus facultades de navegación “era capaz de hacer navegar hasta una carreta de bueyes”, Santiago Genovés no creo que se quedara ni siquiera un pasito (o una ola) atrás. Navegó pues, además de los océanos, en los mares del saber, dejándonos valiosos legados vertidos en auténticos y completos estudios sobre el comportamiento humano, que son capaces de reflejar con fidelidad y nitidez la realidad de nuestro mundo actual.

Gracias Santiago, y… ¡Buen viaje…!

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