Suplementos | La leyenda dice que en la laguna Guatavita, Zipa se sumergía cubierto en polvo de oro El Oro de Colombia Las leyendas dicen que en la laguna Guatavita (al norte de Bogotá) Zipa, el Gran Cacique Muisca, se sumergía en tibias aguas cubierto de polvo de oro Por: EL INFORMADOR 4 de agosto de 2013 - 03:59 hs Sirva este impecable pectoral de oro como ejemplo de la cultura, sensibilidad y riqueza. ESPECIAL / GUADALAJARA, JALISCO (04/AGO/2013).- Las leyendas dicen que en la laguna Guatavita (al norte de Bogotá) Zipa, el Gran Cacique Muisca, navegando en una balsa de troncos en compañía de sus cuatro principales, dirigiéndose al centro del lago una vez efectuados los rituales y después de hacer las oraciones propias de la ceremonia, se sumergía en las tibias aguas con su cuerpo cubierto de polvo de oro, pródigamente adornado con mascarillas, pectorales, orejeras, collares y ornamentos hechos por los orfebres a su servicio dada su realeza y casta divina. Platillos llenos de esmeraldas nativas, jades y piedras votivas completaban los enseres necesarios para la ceremonia. Se dice que vasijas repletas eran generosamente depositadas en el centro de la laguna como ofrenda para los dioses. Pequeñas “tunjas” (figurillas antropomorfas) hechas de “tumbaga” —cobre y oro— vaciadas a la cera perdida, piedras labradas, polvo y laminillas de oro eran agregadas a las ofrendas para que los dioses les concedieran un futuro halagüeño. Se cuenta que la población entera, esperanzada, rodeaba la laguna para, piadosamente y desde lejos observar la ceremonia uniendo sus plegarias a las de los adornados celebrantes. Aquello que para los Muiscas era un rito trascendental para contar con el favor de los dioses entregándoles el bello material dorado y brillante que con relativa facilidad encontraban en ríos y arroyos, hicieron surgir en las mentes ávidas de los terribles conquistadores la famosa “Leyenda del Dorado”, causándoles grandes miserias y apropiándose de sus tierras, oros y reliquias; imponiendo esclavitudes y realizando crímenes infames que en la actualidad serían considerados “de lesa humanidad”. Algunas de las piezas, sin embargo lograron escaparse al aquelarre de aquella barbarie; y por fortuna se encuentran perfectamente conservadas y orgullosamente exhibidas en Bogotá, en el Museo del Oro del Banco de la República. Es impresionante la cantidad de piezas exhibidas. Nada menos que 59 mil 479 objetos, son los que se pueden admirar en las excelentes vitrinas de las cuatro enormes y elegantes salas temáticas. Habrá que caminarlo con calma y tomarse varios descansos (de cerebro y de piernas); y acudir frecuentemente a los lugares de información para tener —aunque sea una ligera idea— de lo que se está exhibiendo y el porqué de ello, para así poder apreciarlo y disfrutarlo sin sufrir indigestión mental. “Poco a poco porque es mucho mucho”. Es una suerte que alguien con visión, cultura y… dinerito, haya podido lograr esta colección que empezó en 1939 con la adquisición del “Poporo Quimbaya”; una pequeña y antiquísima vasija, que ya en el año 300 a.C. era usada para el mambeo de hojas de coca en las ceremonias religiosas, y que ahora se encuentra exhibida como una de las piezas predilectas del museo. Otra pieza importante es la “Balsa Muisca”, igualmente elaborada en tumbaga a la cera perdida, en donde con gran detalle se representa la escena del cacique Zipa durante las ceremonias en la Laguna Guatavita. Aunque las fotografías están permitidas, desgraciadamente estas dos piezas se escaparon a nuestro lente; sin embargo estimamos que este estupendo pectoral dará una idea de la impresionante riqueza, cultura, bienestar y apreciación por las artes, que tenían las “incivilizadas” gentes que poblaban la región. Los extraños “Pájaros de Otún”; unas miniaturas de aves que tienen su forma muy parecida a las de un pequeño avión moderno, fueron quienes más llamaron nuestra atención. Los arqueólogos contemporáneos los han clasificado como “Piezas OOPA” (Out of Place Artifacts; literalmente Artefactos Fuera de Lugar) Y aunque tomamos decenas de fotos de ellas, la redacción igualmente consideró que el pectoral era más representativo de lo que se trata de narrar. Ante la imposibilidad de describir en unas cuantas líneas las maravillas exhibidas en el Museo del Oro, les suplicamos consultar en internet el sitio barnrepcultural.org. ¡Gócenlo! deviajesyaventuras@informador.com.mx Temas Colombia Pasaporte De viajes y aventuras Lee También ¿Dónde ver EN VIVO el partido amistoso México vs Colombia? Agencias de viaje en Jalisco ofrecen descuentos para adultos mayores con Inapam Camilo Vargas, el gran ausente de Colombia ante México Un viaje por el tiempo en Cuitzeo, Michoacán Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones