Suplementos | Por: José Luis Meza Inda ''El Dolor de Colombia'' de Fernando Botero Artes Plásticas Por: EL INFORMADOR 22 de mayo de 2010 - 01:25 hs GUADALAJARA,JALISCO (22/MAY/2010).- No ha sido desde luego una selección de sus obras maestras más representativas; de aquéllas que mayor fama y fortuna le han proporcionado, o de aquellas que colman su Museo particular de la ciudad de Medellín, las que de Fernando Botero han sido traídas hoy a Guadalajara, para ser expuestas ante el público tapatío dentro del programa de exposiciones correspondientes al XIII Festival Cultural de Mayo. Me refiero específicamente a aquellas pinturas amables donde campean las monumentales figuras humanas, que caracterizan su estilo expresivo, proyectadas en escenarios idílicos o en circunstancias festivas; sus retratos de personajes, parejas o grupos enriquecidos con afilados toques de ironía y humor, o sus opulentos desnudos femeninos cargados de sensualidad, sino que nos ha tocado tener que celebrar la presencia del maestro en nuestra ciudad, a través de su faceta más siniestra, mediante una colección de dibujos y pinturas que ilustran los extremados niveles de violencia circunstancial y los límites de la crueldad humana a que se llegó en su tierra natal en fechas recientes, cuando estuvo bajo el absoluto imperio terrorista del narcotráfico, que inundara de sangre, dolor, angustia, crímenes, miseria, llanto y terror, las principales ciudades colombianas; situación que ahora por desgracia, está ahogando también a nuestro País con una similitud de procesos y circunstancias espeluznantes. Están presentes en esta exposición, nadie lo niega, todo el ingenio y la destreza plástica del autor de Medellín; campea en cada una de sus obras expuestas, la firmeza del trazo y exquisitez de los detalles, la solidez de los volúmenes, la armonía estructural de la composición, el acertado y personal manejo del color; y desde luego, esa mencionada impronta boteriana, que es la exagerada exuberancia, ampulosidad e hinchazón de sus figuras, donde sin embargo, permanecen claramente las influencias clasicistas de los grandes maestros del arte pre y renacentista, flamenco, barroco y moderno, que Botero supo asimilar e interpretar de manera tan personal a raíz de sus años de aprendizaje en Europa; y que injertó además con los aportes del arte popular y del retablismo colonial americano. Todo eso, como digo, resalta en este muestrario doloroso, en esta alegoría tan convincente del mundo actual y su violencia institucionalizada y concretada en personajes tan dolientes, llorosos, torturados, secuestrados, baleados, muertos y obscenamente descuartizados que constituyen la marca y rastro que tras de sí dejan los imperios de la droga y el narcotráfico en los lugares donde han sentado sus reales. Tiene pues enorme validez, desde el punto de vista estético esta exposición de Botero instalada en el Instituto Cultural Cabañas; posee asimismo los valores documentales de la representación y la interpretación artística de los trágicos sucesos históricos vividos en su Colombia natal, y que como digo, constituye una lamentable metáfora de valor universal que nosotros podemos hacer nuestra y que hoy nos viene a caer como anillo al dedo, dadas las desgracias semejantes que se están padeciendo en México. Sin embargo, digo yo, cuán incalculable sería su valor, desde todos los puntos de vista, si todos estos dibujos y pinturas tuviesen además el añadido inequívoco de haber sido testimonios de primera mano; si don Fernando hubiese sido testigo directo, sufriente o compasivo de los horrores que describe con tanto primor sobre papeles o telas, como lo hicieron, por citar algún ejemplo, Goya en los desastres de su época; o los alemanes Otto Dix o Kathe Kollwitz, macabros cronistas de las grandes guerras; ya que aquí, el autor sólo denuncia el drama tangencialmente, contemplándolo a una distancia segura, desde sus lejanos miradores de sus residencias en París, Pietrasanta o Nueva York, donde con todo derecho reside y trabaja. De haber sido así, entonces, lo reitero, esta exposición hubiera venido a ser un extraordinario testimonio humano de primera mano sobre esos lugares y esos acontecimientos que han dejado huella en la historia del mundo y del arte universal. De cualquier manera es necesario visitar esta muestra, pues obra de un pintor que deja huella y que hoy tan pocas veces se tiene la oportunidad de contemplar entre nosotros. Temas Tapatío Festival Cultural de Mayo Lee También El río Lerma: un pasado majestuoso, un presente letal Guadalajara: la ciudad que respira arte Papirolas abre su edición 30 destacando la imaginación y el aprendizaje Año de “ballenas flacas” Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones