Suplementos | Fui testigo involuntario de una discusión, el tema era la educación de los chamacos Educar como para qué Fui testigo involuntario de una discusión, el tema era la educación de los chamacos Por: EL INFORMADOR 17 de julio de 2016 - 01:20 hs A ningún lado. Tuve que concluir que estaba en desacuerdo con ambos calvos, el progresista y el conservador. ESPECIAL / GUADALAJARA, JALISCO (17/JUL/2016).- Hace unos días fui testigo involuntario de la discusión de dos paterfamilias en un café. Como si los hubieran elegido para escenificar un diálogo platónico, ambos encarnaban arquetipos encontrados: uno, calvo y de bigotito, era evidentemente conservador; el otro, también calvo y de bigotito, oficiaba de progresista. El tema en debate era la educación de sus chamacos. Yo lo que quiero, dijo el calvo conservador, es que a mi hijo, que es adolescente, lo metan en cintura en la escuela. Por eso lo voy a inscribir a una privada. Quiero que sean estrictos para que se haga responsable, que le enseñen valores cristianos y que le enseñen inglés hasta por las orejas, porque ya no la haces en la vida sin saber (esta es una idea fija de la clase media mexicana desde hace un siglo, que vino a reemplazar la idea de que el francés era la lengua sin la cual uno “no hace nada en la vida”, popularísima en tiempos de don Porfirio). Pero, por encima de todas las cosas, lo que quisiera es que le inculquen, siguió el tipo, que le refrieguen, que le metan el espíritu empresarial en la cabezota para que no me salga “del montón”. El otro calvo, el progre, escuchó el listado de preocupaciones del primero con un dejo de lástima. Pues a mí lo que me mueve, interrumpió al fin, es que quiero que mi hijo, que también es adolescente, sea feliz en la escuela. También lo voy a meter a una privada pero a una como más humanista. Yo no quiero que le anden poniendo calificaciones. Los obsesionan con las calificaciones en vez de platicarles del mundo y darles a conocer sus raíces como humanos. ¿Para qué les enseñan álgebra o física o historia de Europa si nunca van a necesitarlas en su vida? Como pagué mi cuenta y no era cosa de quedarse haciendo mosca, me perdí el final de la discusión. Sin embargo seguí pensando un rato en el tema. Y, francamente, tuve que concluir que estaba en desacuerdo con ambos calvos, el progresista y el conservador. Iré por partes. Por un lado, es verdad que la desconfianza en las calificaciones es un asunto que muchos pedagogos llevan años discutiendo, sí, pero que no se ha resuelto de un modo convincente. Porque, francamente, las calificaciones tienen importancia en el mundo profesional, o al menos en parte de él. Yo no quiero que me opere un médico que es muy feliz pero no sabe dónde está el páncreas porque nadie quiso estresarlo preguntándole. No quiero pasar sobre un puente construido por un ingeniero feliz al que nadie le ha exigido que demuestre que sabe calcular estructuras. No quiero que me defienda un abogado feliz al que nadie preocupó pidiéndole que se aprenda la ley de amparo. En fin. Me parece muy bien que un niño de kínder sea educado en una atmósfera de juego y no preparado para la competencia como si fuera un pitbull, pero en la educación profesional la cosa cambia. Por otro lado, la cháchara del “espíritu empresarial” tampoco me convence. Que me perdonen los buenos empresarios, pero la mayoría de sus colegas son unos centaveros, mediocres hasta la médula y no me parecen ejemplo de nada. Vivimos en un país que tiene récord en el número de empresarios que dependen del erario, ya sea como contratistas de los diversos niveles de gobierno, ya como beneficiarios de las enormes bolsas de apoyo y de créditos a fondo perdido, empresarios que son casi burócratas pero se comportan como si estuvieran “creando riqueza”. Menos mal que no formaba parte de aquella plática porque habría terminado con una nota muy deprimente. Temas Tapatío Antonio Ortuño Lee También Este es el avance en la reapertura de puentes en estados afectados por lluvias ¿Cuántas localidades siguen incomunicadas tras las lluvias en México? Samuel Kishi y su cine que cruza fronteras y generaciones Un museo vivo: Experiencias y arte en el Cabañas Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones