Sábado, 11 de Octubre 2025
Suplementos | Mares de arena y majestuosas construcciones sorprenden a cada paso en Túnez

A las orillas del Sahara

Mares de arena y majestuosas construcciones sorprenden a cada paso en Túnez, un bello destino

Por: EL INFORMADOR

Una vista. Una escena actual frente a la entrada del fuerte Borj el-Kebi de los años 1200 en la isla tunecina de Djerba.  /

Una vista. Una escena actual frente a la entrada del fuerte Borj el-Kebi de los años 1200 en la isla tunecina de Djerba. /

GUADALAJARA, JALISCO (12/ENE/2014).- Muchas y muy largas historias son las que pudiera contarnos el misterioso y casi olvidado país de Túnez desde su pequeño rinconcito en el Mediterráneo, apretujado entre los desérticos países de Algeria y Libia.

La República Tunecina, a la que sencillamente le llamamos Túnez; y cuyo nombre oficial en árabe es Al-Humhûriyya at-Tunisiyya, se encuentra en el Norte de África; casi al final de la cordillera de los Montes Atlas; y claro… a las orillas del Sáhara, el desierto más grande del mundo, con sus “mares” de arena de majestuosas dunas —cambiantes con el viento— que  parecen perderse entre los horizontes del “Gran Erg Oriental”: un mar seco y dorado que bien pudiera ser el epíteto de la palabra desierto.

Túnez encierra todo un contexto que —al igual que su tormentosa historia— contrasta con la bonhomía de su gente; sus playas tranquilas de más de mil 500 kilómetros a orillas del Mediterráneo, el centro de la tierra de aquellos tiempos, que también ahora posiblemente lo pueda ser, de tener la capacidad de disfrutar su clima, su gente, sus costumbres, su idioma, su religión (salam m’aleicom) y la bonhomía y hospitalidad que se puede respirar hasta en el más exótico y apartado oasis.

Si bien hay vuelos directos desde las principales capitales europeas, nuestra llegada fue por la parte más difícil y peligrosa del desierto: el Gran Erg Oriental, ya que veníamos caminando desde Argel (la capital) por la estrechisísima carreterita Trans-Sahara —en ocasiones perdida entre las arenas— tratando de llegar hasta un remoto oasis que ostenta el lúgubre nombre de In Salah (Dios quiera) en medio de una nada de miles de kilómetros de arena.

Las recomendaciones de los “tuaregs”, cubiertos en túnicas azules y montados en sus camellos, nos decían que los riesgos de que se quedara nuestro camión entre las dunas eran muchas; por lo que optamos por regresar hasta Gardaia, para de ahí, cruzando el peligroso “Erg” intentar, bordeando el “Chot el-Gerid” (enorme lago de sal) llegar a Nefta, un oasis que ya está en Túnez.

Casi al llegar a Nefta… un bólido de cuatro llantas se apareció a toda velocidad entre las dunas, y luego otro y otro. Francamente creímos que eran apariciones… pero no. Unos japoneses estaban filmando las escenas de la carrera, recién finalizada, del París-Dakar.

Como éramos los únicos de tez blanquita por los alrededores, siendo excelentemente atendidos —y pagados— fuimos contratados como extras para una película que se llamó I See You! que nunca hemos podido ver. (Si alguien cibernético lo hace, será más que placentero vernos “actuando” junto a las estrellas niponas).

Celina era parte de la concurrencia durante la fogata nocturna en el desierto; Pico era el amigo que brindaba con el piloto principal y galán; Pablo era ayudante del cocinero; y Diego y yo éramos —enfundados en estupendos uniformes deportivos— los bandereros que indicábamos los peligros al llegar a la meta. Ya platicaremos sobre esta increíble experiencia.

Seguimos navegando por Túnez y… al salir de una duna ya en las proximidades de El Jem… cual sería nuestra sorpresa de encontrar… ¡Un Coliseo Romano tan imponente o más que el de Roma…! que hizo volar nuestros pensamientos hasta los años 200 a.C. en las épocas del famoso Aníbal quien, cruzando los Pirineos y luego los Alpes con un ejército descomunal -incluyendo elefantes- hizo la guerra a Italia con las terribles consecuencias de provocar la ira de Escipión, que mandó… ¡Destruir completamente Cartago…! (la Túnez actual).

Esto es sólo un bocadito de las historias que Tunisiyya nos pudiera contar. Ya lo haremos; prometido...

SABER MÁS

Entre la arena


Es el país más pequeño del Magreb, ubicado entre las estribaciones orientales de la cordillera montañosa del Atlas y el mar Mediterráneo; 40% está compuesto por el desierto del Sahara.

Cómo llegar

El viaje redondo a Túnez (al aeropuerto de Houmt Souk) tiene un costo de $93,630.

El recorrido incluye tres escalas en Los Ángeles, Atlanta y Bruselas.

Como éramos los únicos de tez blanquita por los alrededores, siendo excelentemente atendidos —y pagados— fuimos contratados como extras para una película.

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