Martes, 23 de Abril 2024

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Y su mamá también

Por: EL INFORMADOR


 POR GENARO LOZANO


Al gobernador Emilio González Márquez los 105 millones de pesos sacados a su antojo del erario del Estado de Jalisco para financiar al Arzobispado de Guadalajara "le valen madres". Lo mismo los 100 millones que le regaló a Televisa el año pasado para la realización de una telenovela y para un foro. El gobernador, irónicamente un contador público cuya profesión radica en cuidar y transparentar recursos, dispone del dinero de los jaliscienses como si fuera suyo y gobierna el Estado como si fuera un feudo y él un príncipe del medioevo.

El gobernador de la conciencia tranquila, aquél al que ignora que uno de los principios nacionales, enraizados en la Constitución, marcan y obligan a mantener una profunda división entre el Estado laico y la Iglesia católica. El mismo gobernador que busca callar sus demonios internos, purificar sus pecados y ganarse el cielo al abrirle las puertas de Casa Jalisco a un grupo de burócratas que profesan su fe para tomar clases de Biblia, en lugar de mandarlos a tomar un diplomado en transparencia, rendición de cuentas en esta vida y ética profesional.

El mismo Ejecutivo local que desaira las cifras reales que ubican a Jalisco como el quinto Estado con casos de VIH-SIDA a nivel nacional y que afirma que no hay que hacer campañas de prevención entre la población heterosexual, sin siquiera mirar que es justamente en ese sector en el que la incidencia del virus está al alza. El contador que no hace sus números bien, que no se da cuenta que con los 105 millones de pesos dados a la Iglesia podría haber costeado por un año entero el tratamiento antirretroviral de mil 750 pacientes que viven con el VIH-SIDA en Jalisco.

El mismo gobernador que objetiviza a las mujeres al defender a un grupo de diputados que acuden al D'klub Show Girls, un table dance, en lugar de exhortarlos a que tomen un curso sobre equidad de género para que legislen por las causas feministas y terminen con el deshonroso primer lugar nacional de Jalisco en violencia sexual contra las mujeres. El cínico que no pone el ejemplo, el al que le "valen madres" los cientos de ciudadanos que salieron a protestar, a demandarlo por peculado y a exigir un juicio político en su contra en las calles de Guadalajara, ya que, al fin y al cabo, recibió el beneplácito y el perdón del cardenal.

Y en paralelo a las joyas del gobernador, un Congreso local, dominado por los supuestos profetas del cambio democrático, que ignoran su labor de supervisar al Ejecutivo y de rendirle cuentas a la ciudadanía. Un Congreso panista que pone en letargo su capacidad fiscalizadora, que se vuelve cómplice del autoritarismo. Una oposición y una heroica sociedad civil enfurecida, pero sin la capacidad de detener al príncipe. Dicen que los pueblos tienen los gobernantes que se merecen, pero en Jalisco, es todo lo contrario: El gobernante tiene un Estado y un pueblo que no se merece…

GENARO LOZANO/ Politólogo e Internacionalista.

Comentarios: genarolozano@gmail.com

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