Jueves, 24 de Abril 2025

LO ÚLTIMO DE

|

Rito y tradición

Por: EL INFORMADOR

Miles de tapatíos acudieron ayer al Centro Histórico de Guadalajara para festejar la noche del Grito, rememorando aquella madrugada del 16 de septiembre de 1910, cuando el cura don Miguel Hidalgo arengó al pueblo desde el atrio de la parroquia de Dolores, dando inicio así a una guerra que 11 años después terminaría con la declaratoria de independencia para nuestro país.

Desde temprano en la tarde, y hasta pasada la media noche, ríos de gente desfilaron por las calles y avenidas que concurren en el corazón de la ciudad, formado por la cruz de plazas (de Armas, de la Liberación, Guadalajara y la Rotonda). La lluvia que estuvo cayendo pertinazmente no fue impedimento para que se cumpliera con la tradición de vitorear a los héroes que nos dieron Patria y libertad. Se cumplió rigurosamente con el rito, sin importar las incomodidades que en celebraciones como ésta se presentan.

Cornetas, banderas, sombreros, rehiletes, moños, caras pintadas de verde, blanco y rojo... familias completas disfrutando del ambiente festivo, llegaron desde horas tempranas para encontrar un lugar desde donde poder presenciar mejor la ceremonia en el balcón central del Palacio de Gobierno. El fervor patrio en todo su esplendor.

Pero esos miles de personas también tuvieron que soportar, como cada año, aglomeraciones, empujones, pisotones... La falta de espacios para instalarse, o para desplazarse. Ello, porque los únicos lugares abiertos, como son la Plaza de la Liberación y la Plaza Guadalajara (antes de Los Laureles), se convirtieron en gigantescos tianguis de antojitos de todo tipo: birria, pozole, tacos, enchiladas, sopes, huaraches, cacahuates; ambas planchas fueron invadidas por comerciantes y cubiertas por toldos. De poco sirvió el que se hayan instalado pantallas gigantes en ambas plazas, pues la visibilidad fue impedida por mantas y lonas.

Es cierto que la verbena popular forma parte de la tradición en la celebración de la noche del Grito, y ésta no debe desaparecer, pero deben buscarse alternativas, como destinar espacios en las calles peatonales que existen en el Centro para que ahí se instalen los puestos, permitiendo que las planchas de las plazas Liberación y Guadalajara queden libres para el disfrute de los ciudadanos. Anoche, el olor de las fritangas compitió con el de la pólvora.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones