¿Fondo o forma?

De acuerdo con la secretaria de Medio Ambiente en el Estado, Martha Ruth del Toro, es probable que a partir de noviembre se aplique el programa “Hoy no circula” en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) para vehículos con más de 11 años de antigüedad, así como para los conocidos “autos chocolate”.

Da gusto saber que las autoridades locales estén considerando opciones para enfrentar la grave situación de contaminación ambiental, así como de saturación vehicular que enfrenta nuestra ciudad, ya que ambas abonan al detrimento de la calidad de vida de los tapatíos, pues por un lado se ve afectada su salud, y por el otro el rendimiento de su tiempo y sus condiciones mentales, al vivir situaciones de estrés que hace unos años eran propias de las grandes urbes, contra las cuales Guadalajara parecía un paraíso.

Poco a poco esas condiciones favorables que en un tiempo caracterizaron a esta noble y leal ciudad, han venido deteriorándose, y las autoridades se han mostrado inmóviles para actuar de manera coordinada y eficaz a favor de la movilidad.

Un ejemplo de esto es que han proliferado los permisos para construcciones masivas sin previo condicionamiento de crear la infraestructura mínima necesaria para que quienes habiten los nuevos desarrollos tengan una vida digna.

Ver casos como los majestuosos desarrollos que se están construyendo en Zapopan alrededor de avenidas que ya el día de hoy están saturadas, al igual que sucede en Tonalá, en Tlaquepaque y en Tlajomulco, hace evidente que hubo irregularidades en el otorgamiento de permisos, que hicieron dejar los temas de contaminación y saturación vehicular para ser atendidos por otras instancias y en otros momentos.

Otro ejemplo se encuentra en la falta de acciones concretas que durante los últimos años se ha padecido en términos de transporte público, un servicio vital que sigue operando bajo estructuras que fueron delineadas por generaciones anteriores, cuando las condiciones de la ciudad eran otras y mucho más manejables.

Proponer el programa “Hoy no circula” para la ZMG puede ser lo adecuado, o también un signo de desesperación, todo depende de cómo sea implementado y, sobre todo, de qué otras medidas será acompañado, pues el problema que se pretende resolver es tan complejo, que requiere de acciones y compromisos de diversas instancias y jerarquías.

Hay que voltear a la Ciudad de México, que cuenta con mucho mejor transporte colectivo que la ZMG y con trabajo de décadas para optimizar sus vialidades, para darse cuenta que la medida por sí misma no ha sido una solución.

Si lo que estamos viendo es el arranque de atender lo que descuidamos en décadas, será bueno ver el paquete integral de medidas para juzgar correctamente. Si es mero maquillaje, sale sobrando.